* En 2008 CMAS recibió 180 millones para rehabilitar el Yurivia * ¿Dónde quedó el dinero? * Que le echen la culpa al huracán * Guillermo Herrera usa al puente Coatzacoalcos I para aplicar 50 millones * Llegó Malasuerte y asaltaron el News * Francachelas, chicas y champaña con cargo al sistema de agua * Dos denuncias más contra la familia Quintanilla
ROMA es, sin lugar a dudas, la peor empresa constructora de Veracruz y, quizá, de México. Sus casas son la mayor expresión de lo que no se debe hacer en materia de vivienda, dada su ínfima calidad y el fraude que representan a quienes pagan por ellas, incluso en plazos a 30 años.
Se trata de un negocio de altísimos rendimientos, pese a las quejas y protestas de quienes suscriben contratos con la empresa del ex seminarista Rolando Fernández, quien por lo que se ve, poco o nada aprendió en su estadía en Roma, a un paso del Vaticano, cerca del cielo y muy lejos de la tentación y de la corrupción.
Sobre ROMA se vierten todo tipo de reclamos. Construye en lugares inadecuados; viola leyes y normas ambientales; no instala plantas de tratamientos de aguas residuales y las que tiene, no pasan las verificaciones; no aprueba los requisitos para que se le suministre energía eléctrica ni agua potable, y es una transgresora empedernida de los lineamientos municipales, por lo que sus fraccionamientos a menudo no pueden ser municipalizados.
Rolando y Martha son los nombres que le dan esencia a ROMA. Su origen es incierto, pero en Coatzacoalcos tuvo a su cargo la construcción de lo que hoy es Playa Sol, donde por cierto la Comisión Federal de Electricidad no le recibe las instalaciones por ser de pésima calidad sin ajustarse a las normas. Las casas son auténticas latas de sardina y su calidad, ínfima.
Lo inexplicable es la beligerancia con que el señor Rolando Fernández se conduce. El gobierno de Veracruz le autoriza la construcción de miles de viviendas, lo mismo en Coatzacoalcos que en Cosoleacaque o en Emiliano Zapata, a unos kilómetros de Xalapa. Pese a su pésima fama, ROMA tiene vara alta en el régimen fidelista.
Días atrás, una de sus obras mayores, Ciudad Olmeca, fue nota de escándalo. La corriente de agua se llevó tres casas y provocó daños en otras 50; destruyó calles y dejó a flote, a la vista de todos, líneas de agua y drenaje. Quedó en claro, pues, la dimensión del fraude romano.
Otra historia se remite al estado de Oaxaca, donde ROMA construyó 2 mil viviendas, las cuales vendió a precio de oro. El negocio marchaba a todo vapor hasta que comenzaron las protestas y el gobierno se percató que no había fuente de abastecimiento de agua; que tendrían que construirse ductos y traer el líquido a una distancia de 300 kilómetros. Eso bastó para que el señor Rolando Fernández y su empresa dejaran territorio oaxaqueño para no volver.
Ese emporio habitacional sería impensable si ROMA no contara con la complicidad de funcionarios públicos que le facilitan el negocio, que le otorgan licencias de construcción, factibilidad de uso de suelo, peritajes, trámites notariales y hasta certificados de calidad, donde es evidente que sus viviendas son lo más cercano a la porquería.
Tiene, por ejemplo, cómplices en Infonavit, que pese a su pésimo historial, le continúan facilitando la compra de casas por parte de la institución; en el Seguro Social; en Obras Públicas Municipales; en el gobierno de Veracruz, incluido el señor feudal, Fidel Herrera Beltrán, su entrañable amigo, y en las cámaras de la construcción, donde le solapan a todo.
Es un misterio a qué nivel se mueve Rolando Fernández y qué ofrece para alcanzar tal nivel de encubrimiento, que el Infonavit no duda en pagarle millones de pesos por viviendas que no pasan la prueba mínima de calidad, y por fraccionamientos a los que un aguacero medianamente fuerte lo destroza.
Que el ex seminarista sea adicto a vender gato por liebre, es lo de menos; la clave está en los funcionarios que lo avalan y en lo que cuesta su complicidad.
Pronto se sabrá.
Archivo muerto
Quién puede decir que la Comisión de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos (CMAS) no ha contado con recursos para mantener la presa Yurivia en su mejor nivel. En 2008 recibió recursos para la “ampliación y rehabilitación del sistema Yurivia-Minatitlán-Coatzacoalcos por 180 millones de pesos”, procedentes de la bursatilización de la tenencia vehicular, que en ese entonces le permitió obtener al gobierno de Veracruz 8 mil millones de pesos, empeñando al estado por espacio de 29 años. Así lo reveló en la tribuna del Congreso de Veracruz el diputado local Alfredo Tress Jiménez, del Partido Convergencia por la Democracia, quien cuestionaba el dispendio y el manejo discrecional de los recursos públicos. Pese a haber contado con esos 180 millones de pesos, de los que no se sabe si los aplicaron o no, hoy la presa Yurivia presenta un serio deterioro; sus paredes muestran fisuras; las lluvias provocan sedimentación y la consecuente turbiedad del agua. Los 180 millones fueron asignados mediante el decreto 564 y su aplicación era de estricto cumplimiento. Una investigación revelará adónde fueron a parar los 180 millones de pesos y quién abultó sus cuentas bancarias con esos recursos...
No tiene idea de lo que dice el secretario de Comunicaciones de Veracruz, José Guillermo Herrera. Es de locos echarle la culpa al huracán Karl y a la tormenta Matthew por los daños que presenta el puente Coatzacoalcos I. Dice ahora que el puente se encontraba dañado en las pilas 29 y 23 en sentido Coatzacoalcos-Allende, supuestamente donde se registraba un hundimiento de 16 centímetros, además del desnivel en la pila 1-A. Guillermo Herrera asegura que los fenómenos meteorológicos pudieron agravar la situación del puente. Falso. Si el secretario de Comunicaciones lee el resultado de la auditoría practicada al puente Coatzacoalcos I por parte de la Auditoría Superior de la Federación, verá que la construcción del túnel sumergido —el fraude de mil 700 millones de pesos a punto de ser cancelado— habría provocado daños en la pila 17, por pronto, don José Guillermo Herrera, un chapulinazo que salta de partido en partido, ya anuncia que se invertirán 50 millones de pesos para comenzar los trabajos de reconstrucción. O sea que el vendaval sirve para arrancarle más dinero al estado...
Más que felices, todos bebían, charlaban y disfrutaban la desnudez de las chicas del News, sus bailes a media luz y el movimiento cadencioso de sus cuerpos. De pronto, cuatro sujetos irrumpieron en el lugar y velaron las armas. Cundió la alarma, agitada la respiración, cortada la borrachera por el espanto. Entregaron cuanto traían, dinero tarjetas, relojes. Dos tipos recorrían las mesas apuntando con rifles, mientras otro se apostaba en la puerta y uno más en el estacionamiento. Y cuando se iban, lanzaron el grito: “A ver quién denuncia dónde fue el asalto”. Primero el silencio, el desconcierto, el miedo que obligaba a callar; luego la risa, la burla, el recuento de los daños. “Es que vino Malasuerte”, expresó uno de los atracados. Y sí, ahí estaba Beto Chagra, quien tenía semanas sin pararse en el lugar, su News, su refugio en el que botaba 30, 40, 50 mil en una noche; donde bañaba a sus chicas con champaña, cuando el sistema de agua servía de caja chica de Fidel y para darse vida de rey. Qué tiempos aquellos del Malasuerte...
Le viene otra andanada a la familia Quintanilla por el apropiamiento de terrenos en Coatzacoalcos. Diversos informes revelan que están a un paso de enfrentar dos denuncias más que esta vez les acrecentarán sus líos con la justicia. Salir de esta no tiene precio; no hay dinero que alcance para resarcir el daño provocado...