Carvallo, como otras rémoras, quiere una tajada del botín, algo de la candidatura a gobernador, piso parejo en el PRI, algo para impedir que sólo los Yunes rojos sueñen con el regreso al gobierno de Veracruz.
A zarpazos lo pide. O lo exige. Con fuego a discreción denuncia el ex líder priista y ex líder del Congreso estatal que el PRI está secuestrado, y que los plagiarios son Héctor y Pepe Yunes, los senadores que en el duartismo callaban ante el saqueo y la violencia y hoy, por segunda vez, se muestran como la única opción.
Hay un PRI, cuenta Jorge Carvallo Delfín, en manos de dos. Es el PRI de Héctor Yunes y el PRI de Pepe Yunes en el que nadie más tiene con qué disputar la candidatura a gobernador para la elección 2018.
“Los senadores tienen secuestrado al partido. Tanto el senador Pepe Yunes como Héctor Yunes. Y al secuestrarlo no han dejado que otras expresiones puedan tener la fuerza ni la convicción ni el espacio democrático adecuado y creo que eso sería el único riesgo que los dos senadores continúen con esa presencia de asumir como una cuota personal al PRI.”
Sin matices, Carvallo los increpa, agitando al vilipendiado priismo que paga por el silencio cómplice en los días en que Javier Duarte y Karime Macías perpetraban el peor atraco a las arcas de Veracruz.
Sus frases son de risa. Reclama el piso parejo, la pulcritud, la democracia, el apego a la moral política. El PRI y su utopía.
Si no fuera fidelista, algo se le podría creer. Pero lo es. Fue leal a Fidel Herrera Beltrán, su alfil y operador electoral, mapache cuando hubo que arrebatar el gobierno de Veracruz, en 2004, iniciando la debacle y el caos, la quiebra de las finanzas y la entrada de la violencia, entregando el campo y las ciudades a los cárteles, a los traficantes de personas, a la industria del secuestro, a los verdugos de la sociedad.
A esa mafia pertenece Jorge Carvallo.
Con Javier Duarte fue líder del Congreso de Veracruz. Y ahí se operó el maquillaje legal al gran peculado, los créditos sin freno, las cuentas públicas que escondían las huellas del hurto descomunal.
Y cuando Javier Duarte lo requirió, lo hizo su secretario particular, titular de Sedesol estatal, diputado federal, cuyo fuero le sirve para que la justicia se joda.
Hoy increpa y reta. Y postula. Dice que otra opción es Juan Manuel Díez, alcalde de Orizaba, el mejor presidente municipal de Veracruz en los últimos cuatro años.
O sea, Díez es el candidato de Fidel.
Frente al reclamo, responde displicente Héctor Yunes que si hay otro aspirante con buen proyecto, que no hay fijón, que se inscriba en la contienda y a ver quién gana. ¿Si tiene buen proyecto? El único proyecto del PRI es el poder por el poder, la riqueza, la impunidad.
Lo refuta Renato Alarcón. O quiere increparlo. Pontifica el dirigente estatal priista que no hay trampa ni hay secuestro, que los priistas, como siempre, habrán de expresarse, elegirán con principios democráticos y que tendrán candidato sólido en 2018, cuando se dispute el gobierno de Veracruz, la presidencia de México, el Senado, diputaciones federales y locales.
Será la convención de delegados el método para elegir al candidato del PRI. O sea, el dedazo.
Vía la convención de delegados, la cúpula del PRI impone y atropella a sus bases, maquilla el centralazo.
Lo explica Renato Alarcón:
“En el PRI de Veracruz todas las opiniones, todas las expresiones políticas, todos los grupos tienen cabida para debatir al interior. El PRI no está secuestrado por nadie. El PRI debe ser un ente donde todos participemos”.
La unidad, proclama Renato, es la fuerza motriz del PRI. Hay concordia. Ajá.
“Es un método que nos permitirá mantener la cohesión y unidad de partido”, suelta con ganas de que alguien le pueda creer.
Hoy, agrega, “estamos peor que hace 12 años”. Veracruz es primer lugar en secuestros y primero en pérdida de empleos a nivel nacional.
Y es cierto. Lo que se calla Renato Alarcón es que la debacle de Veracruz se le debe a los amigos de Fidel y Duarte: los cárteles, los sicarios y los traficantes, los secuestradores y extorsionadores, el matón y el halcón.
Se calla los crímenes que se gestan desde las filas de política, auspiciada la violencia por el priismo, al estilo de lo que ocurría cuando Felipe Calderón, el presidente panista, declaró la guerra al narco y los gobernadores del PRI le dieron cuerda a los zetas y golfos, al Chapo y a los Caballeros Templarios o a los Beltrán Leyva, para detonar el baño de sangre.
Y se excusa por las tretas de Fidel y Duarte, los “errores de las personas que llegaron al poder”.
Meses atrás, quien desataba el caos era Octavia Ortega, presidenta del Congreso de Veracruz, priista, con una embestida insólita, revelada en un audio que circulara en redes sociales:
Renato, decía fúrica, “es un pendejo”. Y al senador Pepe Yunes lo tildó de “cabrón” y “huevos tibios”.
Semanas después, Regina Vázquez Saut dejó la secretaría general del Congreso de Veracruz y también al PRI, conflictuada con la delegada del PRI nacional en Veracruz, Lorena Martínez, finalmente los bateó. Atraída por Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador, se fue al PAN.
Le sumaba votos a la fracción panista, y así el PAN retuvo a la brava, con trampa y maña, la Junta de Coordinación Política y la Mesa Directiva del Congreso del Estado.
Con esa solidez camina el PRI, secuestrado por Héctor Yunes Landa y José Antonio Yunes Zorrilla, dueños ad perpetuam de la candidatura al gobierno de Veracruz, atropellando a sus bases, ignorándolos así se provoque una revuelta, un éxodo que los alejará por años del poder.
No es la violencia ni el saqueo, ni esa sumisión infame que les dio fortuna, o el silencio cómplice, viendo cómo Duarte y Karime, y Tarek y Silva, y Mansur y Janeiro robaban con toda impunidad. No, el peor enemigo del PRI son los priistas.
Carvallo sólo lanza el dardo. Sabe que lo que proponga la fidelidad revienta. Y lo que huela a Javier Duarte, provoca voto de castigo.
Quiere Carvallo un pedazo de la candidatura a gobernador, o candidaturas a diputados federales y locales, o apretar para ser senador. Y en su discurso acusa que los Yunes rojos tienen al PRI en calidad de secuestrado. Quiere apretar para negociar. Sólo eso.
A zarpazos se destrozan.
Archivo muerto
Que le baje Rufino. Que no busque más. Rufino Bustamante ha pasado por el dolor de saber levantado a su hijo y ahora por la amenaza. Su hijo Cristo Bustamante Rincón desapareció el 4 de julio en pleno centro histórico de Veracruz, hubo exigencia de rescate y luego los primeros amagos. Incorporado al Colectivo Solecito Veracruz, acudiendo a diario al predio aledaño a Colinas de Santa Fe, buscando entre la tierra tratando de hallar restos o descartar que está ahí su amado hijo, enfrenta hoy una nueva embestida de terror. Un día, sujetos que se movían en motocicleta se apostaron a unos metros de su hogar. Ahí permanecieron, dibujando para qué están. Rufino no se hallaba en el lugar. Poco después, otros tipos regresaron y permanecieron ahí, observados por Rufino desde el interior de su hogar. Antes, un familiar que a diario lo llevaba a Colinas de Santa Fe escuchó la amenaza. “Que me dijera que yo dejara de buscar, que no era necesario que estuviera ahí y que no me metiera yo en problemas”. Y Rufino no ceja en su empeño. Dice que busca los restos de su hijo, sólo eso. “No busco culpables”. Mínimo, el fiscal Jorge Winckler debiera garantizarle su seguridad… Espléndida la vista del Holiday Inn, incluida esa mancha verdosa sobre el mar. Es —por si el turismo no lo sabe— una capa de residuos fecales, los que son tirados al mar sin tratamiento alguno. Toda la playa de Coatzacoalcos tiene elevados índices de contaminación. Y ahí, junto al Holiday Inn, las heces verdosas lucen como esmeralda de agua. Nada dice la Semarnat. Nada dijo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente en los días en que aún tenía oficina en Coatzacoalcos. Un cárcamo de rebombeo de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento —o CAEV— lanza miles de litros de aguas residuales sin tratamiento alguno para evitar que la contaminación de las playas. Se halla a unos metros del Holiday Inn, operando sin freno, sin que Semarnat meta orden porque Semarnat es un organismo cómplice y corrupto, y Conagua también, pues en años ha permitido que las descargas de aguas sanitarias, plagadas de heces fecales, sean vertidas a la playa. Unos y otros han incurrido en delito federal. Es el valor agregado del afamado hotel Holiday Inn: una playa con su capa verdosa, excremento con aroma para causar náusea…
A destiempo llega el salario en CAEV Coatzacoalcos. Se liquidó la quincena al personal sindicalizado y este lunes, o quizá el miércoles, se les reflejará en sus cuentas bancarias al personal de confianza. Inexplicable pues el sistema de agua tiene ingresos vastos, unos 500 mil pesos al día en promedio. Algo así como 15 millones de pesos contra 7 u 8 de egresos, sin incluir liquidación de pasivos —derechos por uso de agua a Conagua, SAT, IMSS, Infonavit— que se arrastran desde la gestión de Roberto Chagra Nacif, el amigo del Comandante H, cuando comenzó el saqueo y la CMAS fue utilizada como caja chica del gobierno de Veracruz con fines electorales. Jorge Cuauhtémoc Ursúa Zenteno se fue pero dejó el camino minado, usadas las arcas para saldar los negocios de la pandilla azul, la renta de unidades Vactor, la renta de automóviles cuyo contrato no fue objeto de licitación. Lucra la pandilla yunista, la estirpe de Abreu, que hasta al padrastro y los guaruras armados tiene en nómina; la familia del ex subdirector Comercial, Félix López Ramón, que aún mantiene ahí a su figura de confianza, Emily Páramo, y a parientes y más parientes; el tal Jorge Eduardo Torres Leija, otro pistolero que hasta recurre a la doble identidad en el Facebook —en la otra cuenta es Torrea Leija, como para que nadie lo identifique—, donde entre sus amigas se halla Inés Egremy; los juniorcitos Rubén Romero y José Wong, costosos inútiles con cargo al erario, y las periodistas de pacotilla que ni un boletín saben redactar. O sea que el dispendio no tiene para cuándo acabar. Y ahora hasta se retrasa el pago de nómina…
Dos damas, dos políticas, operan en el Frente Ciudadano por México en el sur de Veracruz. Son Nora Cortázar Luna y Martha Hernández, regidoras en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Nora Cortázar, coordinadora regional de Movimiento Ciudadano, el partido de Dante Delgado, y Martha Hernández Montalvo entre las estructuras del PAN, con la encomienda de remontar los resultados de la última elección. Complicado, sin embargo, enfrentar la inercia que favorece a Morena, que a partir de enero de 2018 deja de ser oposición, sacudirse el estigma de los Robles-Hillman, a quienes se pliega la diputada federal, Rocío Nahle García, la de los raquíticos resultados en su labor legislativa —de 57 iniciativas presentadas, tres aprobadas—, someterse al escrutinio de una sociedad que los llevó al poder y ahora los evaluará…
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