Olvidado por los suyos, Pepe Yunes siente ya el aplauso de los ausentes, el discurso del que engaña, el consejo del que miente, la traición de un priismo que sin padre y sin madre va empedrando el camino de la derrota y frustrándole el sueño de ser gobernador.
Atado a ellos, el senador toma la delantera y puntea hacia un abismo del que nunca habrá de salir.
Una mañana, la del 10 de febrero, el escenario que el PRI muestra, las omisiones de sus operadores políticos, la fallida respuesta de los convocados, augura que la debacle está por llegar.
Acuden unos. Se acomodan en torno al templete en que el joven candidato priista ha de hablar. Y así transcurre el tiempo sin mayor audiencia, advirtiéndose el desdén y la indiferencia.
Instantes después, el video que sube a las redes sociales revela que esa mañana los ausentes fueron mayoría y en un intento de parar el caos, se ordenó recoger y apilar las decenas de sillas que nadie habría de ocupar.
Horas más tarde, en su página oficial y en los medios pepistas, se destacaba el fructífero encuentro del candidato priista a gobernador con los integrantes de la Asociación Nacional de la Unidad Revolucionaria en Veracruz, encuadrando las fotografías, mostrando a Pepe Yunes en tomas cerradas, sonriente, acuerpado por el puñado de priistas que estuvieron con él.
A su lado, un ave de tempestades de baja efectividad: Sonia Sánchez de Chirinos, fallida adquisición del otro senador, Héctor Yunes Landa, que en su campaña, en 2016, la compró como el diamante electoral que le daría la votación clave para ser gobernador y resultó burdo cristal de brillo efímero.
Decía Pepe Yunes a los miembros de la ANUR que “hay que alejar los discursos bonitos y trasladar las buenas voluntades a los hechos” porque Veracruz “necesita reorientar el rumbo”.
Mejor debiera alejar los malos priistas de doble lenguaje, los que lo engañan y lo empinan y reorientar el rumbo de la campaña que le augura el tercer lugar en la elección del 1 de julio.
Arrastrado por el efecto Duarte, el repudio a Peña Nieto, la corrupción del salinismo en el poder, el descrédito del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, su amigo de juventud, Pepe Yunes conduce una nave sin tripulación, sin vela, sin timón.
Lo persigue el fantasma de un PRI cómplice de Javier Duarte, que calló mientras observaba el saqueo a las arcas y el cinismo insultante del ex gobernador que llegó a suponer que por inyectarle recursos robados a la campaña de Enrique Peña Nieto y seguir embarrando al aparato de poder, podía robar para sí, sin riesgo de enfrentar la ley.
Yunes Zorrilla, como Héctor Yunes, fueron omisos. Y sólo alzaron la voz cuando Javier Duarte modificó el período del siguiente gobierno, invitándolos a desistir, a dejarlo imponer a su sucesor.
Pesa al candidato del PRI el repudio que aún se respira a un partido que calló ante la escalada de violencia, el baño de sangre, el terror social que acabó con la tranquilidad de Veracruz.
Su campaña no se ve. Se pierde en la confrontación del gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares, contra Morena, en la disputa entre el proyecto azul y el proyecto de Andrés Manuel López Obrador, polarizando al electorado, acaparando la intención de voto. Y Pepe Yunes pasó la precampaña en la oscuridad.
Aún aquellos que lo conocen, los que lo siguen y le hablan, saben que el priismo lo abandonó. Y lo traicionó.
Describe el periodista Edgar Hernández, en su columna Línea Caliente, un escenario fatal. “Nuevo PRI, dentro del ataúd del viejo PRI”, titula al recuento de las traiciones y la mentira, el lenguaje de los que prometen votos y engañan sin pudor, de los que se vendieron y a los que órgano de fiscalización pescó en actos de corrupción y los cooptó.
“Por asombroso que parezca —dice Edgar— hoy el PRI trabaja para destruir al PRI.
“De Pánuco a las Choapas en un primer corte de caja, queda al descubierto como un ejército de priistas, ex funcionarios pillos de la Fidelidad y del Duartismo, diputados federales y ex legisladores locales señalados como corruptos, así como ex alcaldes denunciados como saqueadores del erario, están trabajando en abierto para atajar a Pepe Yunes.
“A la embestida se suman tránsfugas de otros partidos y de manera por demás vergonzosa y alcahueta el ente ‘autónomo’ de la fiscalización, ORFIS, que encabeza Antonio Portilla.
Este funcionario entregó los hilos de tan delicado poder al ex contralor Duartista Ricardo García Guzmán para apergollar a los alcaldes salientes con cuotas obligadas de 15 millones de pesos por piocha y la garantía de votación de sus municipios en favor del hijo del gobernador Miguel Angel Yunes.
“García Guzmán es quien conserva toda la información de ex alcaldes y los duartistas que se llevaron 35 mil millones de pesos, misma que hoy vale oro, impunidad y poder”.
Luego apunta:
“Así, en el desmenuzamiento nos encontramos con delegados del PRI en los distritos electorales que cobran del lado rojo, pero por debajo de la mesa trabajan para el lado azul con doble moche.
Encontramos además hombres y nombres de destacados priistas regionales como Evencio de la Garza en Higo, Patricio Chirinos en Tempoal, Manuel Cuan de Pueblo Viejo, Marcos Theurel, de Coatzacoalcos, las Porres (Vázquez), hijas del legendario cacique Cirilo Vázquez Lagunes, en Acayucan, Renato Tronco en las Choapas, como parte del equipo de la traición que trabajan en contra del PRI y en favor de los azules.
“Y los tradicionales.
“Vicente Benítez, Erick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Gabriel Deantes, Gerardo Buganza, Harry Grappa, Gerardo Buganza, Manuel de León y Fernando Benítez Obeso entre otros, que cambiaron cárcel por vómito negro y garantía de victoria en favor de quien los tiene advertidos”.
Otro analista, Alfonso Mora Chama, plantea la dinámica del engaño:
“Lo engañan con un panorama político que dista mucho de ser al que estaba acostumbrado vivir, dentro de la seriedad que debe tratarse si tomamos en cuenta que va por la candidatura que desde hace estaba esperando…por un proyecto merecido que le brinda su trabajo de partido, su paso por los congresos locales y federales. En pocas palabras: Porque lo merece”.
Y de la candidatura de Juan Nicolás Callejas Roldán al senado y el supuesto voto duro del magisterio, cuenta Mora Chama:
“Votos en contra del PRI y su candidato al senado son votos en contra de Pepe Yunes. ¿Acaso no lo entienden?.
“Se necesita ser demasiado pendejo para pensar que las mafias del poder sindical lograrán votos. Ya son otros tiempos en donde la ciudadanía piensa y recapacita su voto. Pepe Yunes, excelente candidato, paciente, prudente y amigo de Veracruz… solo que sus cercanos colaboradores lo engañan.
“Todos se dicen amigos cercanísimos de Pepe Yunes… de su familia, de su papá y a todos, al decir de ellos, los envía Pepe y les ordena organizar eventos y se sienten que les maman gatos chimuelos. Y lo que logran es que la gente opine mal del senador con licencia”.
Arturo Reyes Isidoro, en su Prosa Aprisa, también retoma la tesis del candidato engañado:
“Mucha gente ya se fue a otros partidos.
“¿Ignorará Pepe la ineficacia y falta de compromiso de sus cercanos colaboradores?, ¿que además lo engañan y no cumplen?, ¿que varios que están en su cuartel no sirven para nada? ¿Necesita más enemigos Pepe Yunes?
“Si no se los sacude ahora cuando creo que todavía es tiempo, si no se rodea de un equipo profesional, experto, eficaz, en el pecado llevará la penitencia”.
Yunes azul jala a unos, las Vázquez, Renato, Basilio, Theurel, Caballero, Wade, Sheridan, fidelistas y duartistas.
Otros priistas, como Ricardo Ahued, las huestes de Iván Hillman, ex dantistas, se van a Morena.
Y Pepe Yunes siente ya la traición en la piel.
Archivo muerto
De la Guardia es audaz y torpe a la vez. Quiere a una Fiscalía General de Veracruz investigando al gobernador Miguel Ángel Yunes —léase: Winckler apretando a su patrón— y embistiendo a la prensa que divulgó los nombres completos de Arturo Bermúdez Zurita (Bermúdez “N”), José Nabor Nava Holguín (Nava “N”), Roberto González Meza (Meza “N”) y otros 28 mandos y tropa de la Secretaría de Seguridad Pública, acusados y vinculados a proceso por el plagio, tortura, asesinato y desaparición de 15 jóvenes, presuntos “halcones”, molidos a golpes, violados algunos, violadas sus esposas o concubinas, objeto de toques eléctricos cuando menos un menor de 10 meses. Rodolfo de la Guardia García, defensor del general de cero estrellas, Arturo Bermúdez, pretende la lista de los periodistas que cubrieron la audiencia en que se conoció el contenido de la carpeta de investigación para acusar a los reporteros de violación a la presunción de inocencia al revelar los nombres de quienes hoy enfrentan semejantes crímenes, atroces crímenes. Eso, como se le vea, es intimidación. Y lo de la divulgación de los nombres es nada comparado con los delitos por los que se acusa al Capitán Tormenta y a su banda. La CEAPP —Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas— ya brincó y exige no situar en condición de vulnerabilidad a los reporteros, sabedores que Bermúdez y sus secuaces son de alta peligrosidad y que se les juzga por asesinatos, tortura, desaparición forzada. Y un juez federal de tajo le negó del amparo. De la Guardia es un caso clínico y su pasado, peor. Lo suyo fue defender ladrones de cuello blanco en juicios de extradición. Lo suyo fue parar en la cárcel cuando le imputó la PGR vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva, en el tiempo en que fue director de Interpol México. Lo suyo fue enfrentar a Maricela Morales cuando la señora del ex procurador Rafael Macedo de la Concha llegó a la PGR. Lo suyo es defender malosos o valerse de ellos. Uno, por ejemplo, fue Erik David López, jefe zeta en Coatzacoalcos, el que levantó al empresario Farret, obligándolo a conceder con su firma la entrega del vetusto hotel Lerma, hoy en remodelación. ¿Eso sí es decente, señor De la Guardia? Del asunto saben Karina y Bruno, Pepe, Jorge, Samy, el notario Erick, el otro Jorge y la familia Zeta. Fue Erick David jefe de plaza en Coatzacoalcos, luego encarcelado, defendido por De la Guardia en una imputación por robo, luego liberado y en 2009 asesinado en Villahermosa, Tabasco. Y a otros, como Tony Macías, alias el Comandante Tony, De la Guardia los defiende de investigaciones de la PGR por el saqueo a Veracruz, por la implicación de Karime Macías, su hija, y de su yerno Javier Duarte. Y ahora De la Guardia pretende enjuiciar periodistas… Eva Cadena ve en Rocío Nahle, Cuitláhuac García, Amado Cruz Malpica, asociación delictuosa y algo más. Les encuadra la denuncia bajo la premisa de que armaron la trama y la trampa para llevarla hasta una presunta empresaria que aportaría recursos para Morena y ahí grabarla. Refiere en la denuncia que interpuso el jueves 15, que con los videos que la exhibieron, mutilados y armados, se desató el escándalo que provocó su marginación de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, obligada a renunciar a la candidatura a la alcaldía de Las Choapas, ser acusada por delito electoral, denostada en los medios y en las redes sociales. Y aduce que el origen del conflicto fue su oposición al uso de los recursos de la fracción de Morena en el Congreso de Veracruz para financiar las giras del Dios Peje en la entidad. Formalmente la denuncia por asociación delictuosa va en camino, implicando al cuñado del alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Carranza Rosaldo, Francisco Bastar Peregrino, y a un sobrino del diputado por Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica, el “Pixie”, alias Enrique Francisco García Malpica. Sabiendo como es Yunes Linares, el gober de Veracruz, la carpeta de investigación llegará a un juez cuando estén a punto de iniciar los registros de candidatos al Senado, diputación federal, gubernatura y diputaciones locales. Y con un auto de formal prisión encima, ni cómo dejar contender a Nahle, Amado y Cuitláhuac…
Como vándalos, a mentadas y sillazos, dirimen los perredistas su lucha por el poder, por las candidaturas a la diputación federal y el Senado. Captados en un video, unos lanzan golpes, otros se patean, unos más jalonean al adversario y algunos más toman la silla y lanzan contra la humanidad del “compañero de partido”. Es el PRD que en un receso de su Consejo Nacional muestra que ese partido con López Obrador o sin él, con los pejezombies o sin ellos, es un partido sin cascarón, hueco, ahora convertido en una rémora del PAN para evitar su desaparición. Fieles tránsfugas de la moral política, viven a gusto en la democracia del desmadre, en el pleito de arrabal. Histéricos, la madrugada del domingo 18 dos grupos de perredistas del estado de Morelos dieron muestra en la Expo Reforma, en la Ciudad de México, que la civilidad no es el camino por el que se resuelve el diferendo político. Y pensar que este engendro llamado PRD, en el que anidó la izquierda pensante, la más comprometida con México, es hoy una vergüenza nacional de altísimo costo para el país, sostenido con los impuestos que aportan los mexicanos. Ojalá pronto se acelere su extinción…
Muy airada —sabría Dios dónde dejaba el glamour—, Rocío irrumpía, de vez en vez, en el Peñón del Amaranto. Iba por Peña. Y ahí lo hallaba gozoso y fogoso, entre cuates y copas, con nenorras medio jamonas con las que solía acompañar el trago, las de broma picante, las que destilan calor. Y Peñita muy Peñita, siendo el rey del lupanar hasta que Rocío lo volvía a la realidad. Uno, dos, tres minutos al pie del Peñón y el pobre Peña tenía que emigrar. Luego la llamada a las esposas de los amigos de juerga del buen Peña para liberarlos de la tentación. Si el Peñón del Amaranto hablara, contaría qué tanto llegó a hacer Peña y las vergüenzas que Rocío le hacía pasar. Eso no se le hace a un bohemio industrial, a un bebedor de “izquierda”…
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