Ya pasó por el conflicto de la basura y no pudo. Ya enfrentó al gremio sindical y perdió. Fragua hoy el alcalde Carranza un fraude, el de los agentes municipales de Coatzacoalcos, maniobrando con el padrón de votantes del INE, provocando a los candidatos y viciando la elección. Sea todo por un cochinero electoral.
Cuarto mes de gobierno y el caos no cesa. Se le crece.
Increpan al alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo los candidatos a agentes municipales acusando un desorden total, la instalación de la Junta Electoral de manera tardía, el manoseo del padrón de votantes del Registro Nacional de Electores y la falta de garantías de seguridad.
Y así le reventaron la elección.
Propuestos para el domingo 1 de abril, los comicios se realizarán una semana después, el día 8, fecha límite según la Ley Orgánica del Municipio Libre, intentando subsanar deficiencias y evitar impugnaciones por falta de certeza y equidad.
Acusado de intentar un fraude, de imponer agentes municipales a modo, capricho suyo y de la diputada federal de Morena, Rocío Nahle García, su madre política, el presidente Carranza enfrenta una nueva oleada de crítica y descalificación. Y en el fondo se vislumbra algo peor: el riesgo de ser llevado ante la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) por acceso ilegal al padrón electoral y su uso amañado.
Tenaz y hasta terco, Carranza se propuso hacer de la elección un cochinero mayúsculo y lo logró. Burdo como los priistas, abrió la puerta al fraude, dejando pasar votantes cuya identidad nadie podría acreditar, sin la fotografía que los identifique en el momento de sufragar.
Y con ello, sus enemigos lo hicieron trizas.
Tácitamente desde que arrancó el proceso de elección de agentes municipales, Carranza se tropezó. Se propuso imponer a dos alfiles del pejepartido, ex consejeros en el Instituto Nacional Electoral en el distrito de Coatzacoalcos, Noé García Joffre y Tania Mijares Díaz, con militancia o vinculados al Movimiento de Regeneración Nacional.
García Joffre fue aspirante a líder de Morena en Coatzacoalcos en la elección de 2013, siendo derrotado sin mayor resistencia. Luego de vegetar un tiempo en el PRD, en las faldas de Rocío Nahle, emigró al INE pese a su vinculación con el perderé y más adelante con el partido de López Obrador.
García Joffre, según el padrón interno de Morena, detenta el número de afiliación 485271, dado de alta el 6 de octubre de 2013.
Tania Mijares, hija de un profesor allegado al diputado local Amado Cruz Malpica e hija de la directora de Educación en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, Raquel Díaz Páez, quien quiso regidora y no le dio, que quiso ser candidata a diputada federal y Morena la bateó.
Ambos, García Joffre y Tania Mijares, fueron acusados junto con el resto de los consejeros electorales del INE por el entonces candidato a la alcaldía, Víctor Carranza Rosaldo, de solapar la intimidación a funcionarios de casilla a manos del abanderado del PRI a la presidencia municipal de Coatzacoalcos, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara.
Hoy pregona el alcalde Carranza que aquello no fue denuncia sino queja. Entonces fue simulación. Y uno y otros son aliados.
García Joffre y Tania Mijares son los conductores de un desastre sin control. Ni ordenan ni dan certeza a la elección de agentes municipales, generando el río revuelto para que Morena saque provecho.
Con el tiempo encima, se instaló la Junta Electoral Municipal.
Sin claridad en la convocatoria, se designaron lugares ambiguos para realizar la elección.
Con un listado de nombres de votantes potenciales, se evidenció la filtración del padrón de electores.
Acusan los candidatos que el cochinero de Carranza se va construyendo. Evidencia la podredumbre tras el poder, usando el aparato burocrático y los operadores electorales de Morena para conducir procesos desaseados, imponiendo adeptos y disponiendo de cuantiosos recursos económicos.
Alzaron la voz pero dejaron pasar temas clave. Lograron que en sesión de cabildo se aprobara incluir a presidentes de casilla que tendrán a su cargo la jornada del 1 de julio. Y se quejan que el listado de nombres de votantes no contenga la fotografía del elector como en el listado nominal del INE.
Teniendo ahí el argumento para replegar al alcalde de Morena, no han olfateado el punto medular del cochinero: ¿quién filtró el padrón electoral?
El listado que se usará en la elección de agentes municipales contiene nombre y clave de elector (OCR). Los contendientes sostienen que a la Junta Electoral señala que no le dio tiempo de tramitar ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE) el listado nominal de votantes. ¿Entonces cómo se pudo establecer el nombre del votante y su clave de elector?
Si Morena dio acceso al padrón electoral a un ente no autorizado, hay delito electoral. Y Carranza tendrá que enfrentar a la Fepade. Y lo hará él o la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, o García Joffre como titular de la Junta Electoral Municipal, justo cuando se ven venir los golpes del yunismo azul y del PRI hacia el partido de López Obrador.
Si Carranza no fuera de Morena bien pudo haber sido del PRI.
Así realizaba el PRI el padrón rasurado, el turismo electoral, el ratón loco. A unos los marginaba de la votación. A otros los traía de diversos estados del país. A unos más los enviaba a casillas lejanas para inhibir su participación.
Eran los tiempos del cochinero priista.
Hoy son los tiempos del cochinero electoral de Carranza.
De tretas, el alcalde Carranza sabe todo. Pemex, su alma mater, donde se encumbró y luego se despeñó por fraudes por licitaciones amañadas, es un hervidero de corrupción. Allá las maniobras representan millones. En la vida partidista las elecciones implican poder.
Sin rubor, Víctor Carranza sólo ve el caos de la elección de agentes municipales, y nada hace.
Deja correr tiempos que marca la ley, y no actúa.
Observa el uso faccioso del padrón electoral, y le vale que sea delito electoral.
O lo sabe y desdeña a la Fepade.
Sea todo por un ensayo, el del cochinero electoral.
Archivo muerto
Tras las rejas, “El Chichis”, “El Cachorro”, “La Paloma” y “El Viejón" no dejan de sembrar muerte. Alertados que serían trasladados a un penal federal, los cuatro zetas liberaron el caos en el reclusorio La Toma, en Amatlán de los Reyes, la noche del sábado 31 de marzo, enfrentando a policías y custodios, encerrando a seis elementos y a un civil en una celda para luego prender fuego. Murieron los siete por asfixia, por el humo inhalado, confinados, sin poder salir. Decenas de reos y policías resultaron heridos, algunos de gravedad. A Josele Márquez, alias “El Chichis”, se le habría de trasladar a un penal federal desde diciembre de 2016, pero seguía ahí. Con Manuel Escalona, alias “El Cachorro”, se les acusa del plagio, tortura y muerte de la periodista Anabel Flores Salazar, ex reportera de El Buen Tono de Córdoba, y del Sol de Orizaba, asesinada el 9 de febrero de 2016. Angel N, alias “La Paloma”, está sujeto a juicio por el crimen del periodista Ricardo Monlui Cabrera, autor de la columna Crisol y director de El Político, abatido en el municipio de Yanga, el 19 de marzo de 2017. Desde el interior del reclusorio, los cuatro operaban acciones para Los Zetas, el secuestro, la extorsión, el derecho del piso, ejecuciones, desapariciones. Y cuando se le habría de llevar a un penal federal, provocaron el motín en La Toma con saldo de siete muertos, decenas de heridos, sin nadie que se hubiera podido fugar… A caballo, como en el rancho, Renato Tronco arrancó su campaña. Suscitó aplausos y mentadas, respaldo y crítica, y la feria del meme y el escarnio, voces que lo impulsan y gritos de “asesino” y “ratero”. Polariza el candidato de la coalición Por México al Frente, la del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, a un electorado, el de Coatzacoalcos, que nunca había tenido algo así. Venido de Las Choapas, donde fue dos veces alcalde, edil de mano dura y uña filosa, de atropello diario y burla a la ley, diputado local también dos veces, primero por el PAN y luego cobijado por el PRI de Fidel Herrera y Javier Duarte, cuestiona a Rocío Nahle, coordinadora de Morena en la Cámara de Diputados, porque nada logró para Coatzacoalcos, el distrito que representa. “Nahle va como candidata al Senado, ya fue diputada federal, coordinadora de una bancada de 50 diputados en el Congreso de la Unión, ¿qué hizo por Coatzacoalcos?”, pregunta. Y de Morena acusa que en tres meses en la alcaldía —hecho bolas Víctor Manuel Carranza Rosaldo con su reingeniería administrativa, con el basurero regional de la familia Quintanilla, con la extorsión a ambulantes, la imposición de jefes de manzana, la frustrada elección de agentes municipales—, nada ha hecho. “En tres meses —dice— ya está más que claro, no resolvieron nada”. Y otros increpan a Tronco, recordando su fidelismo, su duartismo, el crimen del regidor Alfredo Pérez Juárez, el uso del aparato de seguridad para su protección personal, las garrotizas a los que solían protestar… Dos más en el proyecto yunista azul: Leonardo Lozada Parra y Silviano Delgado Valladolid. Leonardo Lozada fue funcionario en Capufe, regidor en Coatzacoalcos, directivo en el área deportiva municipal, ex líder de Grupo Integra, ex secretario particular de Marcelo Montiel en la alcaldía y subdirector administrativo de Obras Públicas cuando Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, hoy en API Coatzacoalcos, era el rey. A Silviano Delgado, otrora prestigiado futbolista, director del Deporte en la presidencia municipal de Joaquín Caballero Rosiñol, se le ubica ya en actos de Renato Tronco, el candidato del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano. Y de Morena llega Consuelo Valentín y se espera a Claudia González, que ya supieron de la traición a la democracia interna en el partido de Andrés Manuel López Obrador y las truculencias de la diputada federal Rocío Nahle García para imponer títeres y desechar militantes… Muy temprano, la joven sintió el asalto en la piel. Y los malosos ni rastro dejaron. Inmovilizada, tomada por la fuerza, sustraída por su captores, fue llevada hacia un destino incierto. Corría la versión la noche del domingo 1 de abril, sin revelarse su identidad. Este lunes, era redes sociales se destaca la “desaparición” de Salma Khoury. Ella, que se sepa, nada representa. Pero otros cercanos sí. Su madre, Samyra Khoury Colorado, tuvo un rol relevante en la Fiscalía Regional del sur de Veracruz, con aliados leales y enemigos feroces, con subalternos que terminaron siendo jefes de plaza, amores perros y amores sangrientos. Se la llevaron cuando el sol comenzaba a asomar y ya no se supo más ¿Quién pagaría rescate por la joven? Quizá una empresaria adicta al bisturí. ¿Quién la puso? Quizá un ex funcionario con espíritu restaurantero. ¿Quién lo pudo ordenar? Quizá el H. ¿Por qué?… Meme mordaz: “Dicen que Tronco llegó montado en un cuaco, y la hija de ‘ya sabes quién’ sigue montada en Joaco”…
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