* Ubicada en Londres, su vida sigue igual * Yoga, gym, masajes faciales, andar de shopping * Y la PGR, inmóvil * Reculan ediles de Morena * No se van con Chiquiyunes * A Ana Miriam Ferráez, El Peje le da “asco” * Tania se enfría * Irritó al Clan de la Succión * Regidor derrocha en el casino
Unas horas para el yoga. Otras horas yendo al gym, o de shopping, o al spa y la terapia muscular facial, mereciendo abundancia. Vida de reina la de Karime Macías en Londres, hasta que el gobernador Yunes la llevó al aparador público, a los medios y las redes, y acreditó su ubicación. Y ni así la Interpol la quiere aprehender.
Con nuevo look, cabello corto, variando a menudo el color, Karime Macías sentíase inadvertida en la capital inglesa, perdida en la mancha humana, en aquella urbe de la que se habló cuando fue vista por última vez en el aeropuerto de Bogotá, Colombia, tras la aprehensión de su esposo, el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, el que se quedó recluido en Guatemala hasta que se allanó a la extradición, traído a México y refundido en el Reclusorio Norte de la capital.
De mediano perfil, usaba un taxi para moverse y mover a sus hijos, llevarlos al exclusivo colegio Eaton Square School, todos los días por la mañana y recogerlos horas después.
Acudía Karime Macías a los cajeros bancarios y de ahí, sin dejar rastro, retiraba generosas cantidades que le permiten vivir a todo placer, en el número 10 del edificio Wilbraham Place, situado a un kilómetro del Palacio de Buckingham, hogar de la reina Isabel.
Ahí, en ese edificio, un depa de cuatro recámaras se cotiza en 120 millones de pesos y un apartamento de una habitación se renta hasta en 270 mil pesos mensuales, según información de Televisa.
Tomaba el bus o el taxi. Paseaba y disfrutaba, no en la periferia de esa urbe donde nadie la pudiera hallar sino en la zona más exclusiva de Londres, siendo una vecina gentil, agradable, descrita así por quienes a menudo la veían, alguien con quien era complicado trabar una charla, menos una amistad.
Sabía que era impune —y aún lo es—, pues salió indemne, sin un raspón, sin denuncia a cuestas que le pudiera o le quisiera integrar el gobierno federal priista, donde los Macías se llevan como hermanos con los Coldwell, y los Coldwell con los Beltrones, y los Beltrones con los Salinas, y los Salinas con los Peña, los Aspe, los Videgaray.
Sabían los del poder y la gente de a pie que Karime Macías, el cerebro que operó el destino de miles de millones de pesos robados a Veracruz, fincó su nuevo hogar en Londres, pero no exactamente en qué lugar de la capital inglesa.
Hábil, la ex primera dama filtró ser una perseguida política y “su prensa”, la prensa infame que aún defiende su causa, lo replicó y dimensionó, intentando ir un paso adelante de quienes pretenden aplicarle el proceso de extradición.
Deslizó que en breve dejaría Londres y radicaría en Holanda, pero todo fue bluff.
Londres le gustó para quedarse, y se quedó. Sentía la presión de Miguel Ángel Yunes Linares, las embestidas del fiscal Jorge Winckler Ortiz, las traiciones duartistas, aquellos que para salvar el pellejo hablaron con verdad, hablaron a fondo, hablaron de más.
Fue nota nacional cuando el hallazgo de la bodega en Córdoba —usada por zetas tiempo atrás— y amén del obvio hurto de bienes del estado, cuadros de pintores de renombre, obsequios de altísimo costo, fue hallado un diario, su confidente, su otro yo. Y en él, las líneas que habrían de describir al cerebro voraz: “Sí, merezco abundancia”.
Y más que la frase locuaz, el diario contiene el perfil de Karime, el retrato de la tipa que siendo primera dama de Veracruz le daba “hueva” atender los temas del DIF. No le dio “hueva”, en cambio, simular licitaciones, pagar a empresas fantasma, saquear en forma brutal.
Y ahí, entre líneas, en ese diario, los números de cuenta, los bancos, las fechas, los destinos del dinero mal habido, los miles de millones que le robaron al gobierno de Veracruz.
Se fue de México sin que tuviera en contra una denuncia federal. Exhibida por los cómplices del saqueo, Moisés Mansur Cysneiros, Juan José Janeiro, Alfonso Ortega, como la mano que mecía la cuna, la voz que decía dónde canalizar los recursos hurtados, la creadora de empresas inmobiliarias de papel, quien detentaba las acciones de las sociedades mercantiles, Karime Macías Tubilla se supo impune.
Implicada en lavado de dinero, evasión fiscal, asociación delictuosa, a partir del testimonio de Alfonso Ortega, el contador clave, ante la PGR, simplemente se fue. Y la PGR nada hizo por extraditarla, enfrentarla a la ley.
Si alguien conoce las entrañas del monstruo, es Karime Macías.
Si alguien trazó la ruta del atraco, los dineros para su bolsillo y para el PRI, para la campaña de Enrique Peña Nieto en 2012, es Karime Macías.
Si alguien sabe de la dispersión de recursos, los que financiaron al priismo en la disputa por gobiernos estatales donde manda la oposición, es Karime Macías.
Y por ello Peña Nieto, la PGR, el aparato de poder, la dejaron ir.
No le endilgó denuncia alguna —y si lo hizo, lo ocultó— la Procuraduría General de la República (PGR), pero su acérrimo enemigo, Miguel Ángel Yunes, sí la implicó.
Con ello arrancó su campaña al gobierno de Veracruz en 2016, describiendo a una red de operadores, prestanombres, ladrones que sirvieron para el saqueo descomunal al erario, unos perseguidos por el yunismo azul y otros perdonados, exorcizados, finalmente aliados.
Sabe Yunes lo que implica extraditar a Karime. Sabe Winckler que traerla a México es un golpe letal. Saben del impacto al PRI, al financiamiento ilegal, saben que con ello matan a Meade, el candidato presidencial del peñismo.
Winckler no asedia a Karime Macías en las últimas horas. Teje la red para atraparla a partir de la denuncia de Miyuli, en 2016. Y ya como fiscal, la terminó de encuadrar.
Hará seis meses, la esposa de Javier Duarte tramitó juicios de amparo intentando saber de qué delitos se le acusaba. Respondió el fiscal que viniera a México a leer la indagatoria.
Así hasta que el domingo 27 de mayo, Winckler anunció que un juez había girado orden de aprehensión contra Karime Macías por el desvío de recursos del DIF por un monto de 112 millones de pesos, vía compras a empresas fantasma, algunas de las cuales ya habían sido detectadas en el paquete de 400 empresas con las que se perpetró el robo a las arcas durante el duartismo.
Dos días más tarde, Yunes Linares reveló datos precisos de Karime Macías, su vida en Londres en un barrio muy exclusivo, el gasto fastuoso de un millón 620 mil pesos mensuales, sus actividades, su vida de reina, rodeada de sus hijos y otros familiares. Todo en un video que sacudió al priismo, a Peña Nieto, al aparato de poder. Pero de ahí no pasó.
Un año lleva Javier Duarte recluido en un penal, desde aquel 15 de abril de 2017, cuando se le sorprendió en un hotel del municipio de Panajachel, departamento de Sololá, en Guatemala. Un año hace que Karime Macías ahí lo dejó, voló a Londres y se dedicó a pasear. Y la PGR nada hizo para enfrentarla a la ley.
Winckler reveló la existencia de una orden de aprehensión. Yunes acreditó dónde vive, en qué se divierte, qué sitios frecuenta, quiénes la acompañan. Y la PGR no carbura.
Obligada por las revelaciones, la PGR realizó el trámite de detención ante la Interpol a solicitud de la Fiscalía de Veracruz. Y se emitió la alerta roja con número de control A-5541/5-2018, expediente 2018/46062, catalogada como “prófugo buscado para un proceso penal”, acusada de fraude específico, bajo la orden de aprehensión girada por la juez Alma Aleida Sosa Jiménez, de fecha 25 de mayo de 2018, delito que amerita una pena máxima de 12 años de prisión.
Y ni así Interpol la quiere aprehender.
La solicitud de detención ocurrió el 29 de mayo. Nueve días después, Karime Macías vive igual. Evade las preguntas de los medios de comunicación, pero no cambia de residencia. Sigue en el lujoso barrio Belgrave.
Yunes, a contrapelo de todos, lanzó las cartas y mostró su juego. Acreditó la ubicación de Karime Macías, su ritmo de vida, qué lugares frecuenta, en qué cajeros del banco Barclays retira dinero, sus prácticas de yoga, sus visitas al gym, su vida de reina, su vida familiar. E Interpol, como antes la PGR, la deja actuar.
Nueve días después, sabiendo dónde está, Karime sigue impune.
¿Por qué?
Archivo muerto
José Gabriel Flores Sarabia fue yunista por un día y reculó hacia Morena. Salustia Anastasio Romero igual. Junto a Indira Rosales San Román, integraban el grupo de nueve alcaldes de Morena-Encuentro Social-Partido del Trabajo que anunciaban su adhesión al candidato de la coalición Por Veracruz al Frente, Miguel Ángel Yunes Márquez. Lo anunciaban y posaban la foto del recuerdo. Y así transcurrió el domingo 3. Horas después, el lunes 4, vino el reverzaso. Flores Sarabia, quien es alcalde de Huiloapan, y Salustia Anastasio, quien es sindica en Texhuacan, dijeron que siempre no, que se deben a Morena, que apoyan a Andrés Manuel López Obrador, a Cuitláhuac García y a los candidatos a senadores y diputados. ¿Qué pasó? Ambos se hallaban con los alcaldes e Indira Rosales cuando se anunció el desprendimiento hacia Morena y no lo negaron, ni aclararon, ni se deslindaron. Unas cuantas llamadas y mejor recularon. Y el gozo se fue al pozo. ¿Quién los atrajo pero no los amarró al proyecto yunista azul? ¿Fue Indira Rosales, la futura senadora del PAN? Como sea, alguien le tomó el pelo a Chiquiyunes y esas son facturas que se cobraba con dolor…
¿Qué le provoca El Peje? “Asco”. Una fracción de segundo media entre la pregunta y su respuesta. Y la suelta: “Asco”. No es un panista, un priista, un perredista, un verde, uno de Nueva Alianza. Quien expresa su repugnancia al candidato presidencial de Morena es Ana Miriam Ferráez. Y hoy aspira a ser la diputada local por Xalapa, bajo las siglas del partido de Andrés Manuel López Obrador. Un video del programa juvenil Desde el Cascarón, difundido por Teleclick, registra los 17 segundos en que la hoy morenista expresa su repudio a Morena y a su dueño, el Dios Peje. ¿Morena?, le preguntan. Ana Miriam Ferráez endurece el gesto: “Ay”. ¿Peje? “Asco”. Una fecha: 18 de mayo de 2017. Un momento político: era candidata de la coalición PAN-PRD a la alcaldía de Xalapa. Expresaba sus diferencias con el hoy presidente municipal morenista, Hipólito Rodríguez, por su cerrazón en el tema del gasoducto que atravesaría la capital veracruzana. Y aquel desprecio al Dios Peje y a su partido político sigue siendo tema que va y viene en Youtube. Mínimo, si a Ana Miriam Ferráez le provoca “asco” Andrés Manuel López Obrador, Morena debió excluirla. Pero no. La hizo su candidata a la diputación local por Xalapa. De risa…
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