Treinta y cinco mil millones de pesos es una cifra escalofriante. Más aún si se trata de una deuda. Peor todavía si es la deuda de Veracruz, saldo trágico del régimen
 fidelista, debacle financiera y ofrenda funesta del (des) gobierno de Fidel Herrera Beltrán. Así lo avizora el director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Miguel Angel Yunes Linares. Vino a Coatzacoalcos, habló ante los suyos, reclamó su derecho a propiciar un cambio político y la reorientación democrática de Veracruz, encendió la pasión de los panistas, congregó a empresarios y políticos, a campesinos y clase media, y lanzó los dardos que atinaron en el corazón de la fidelidad. Dictó una conferencia basada en la crisis que enfrenta el gobierno federal, en la desastrosa realidad de Veracruz y en el régimen de la mentira roja del gobierno estatal. Por más de 40 minutos describió los rezagos de Veracruz, la pobreza, el analfabetismo, la marginación, la deplorable política educativa que deja a cientos de miles de jóvenes fuera de toda posibilidad de acceder a una vida digna, que cancela oportunidades de desarrollo.
Con cifras oficiales, exhibió la incongruencia entre lo que tiene en sus manos el gobierno de Fidel Herrera Beltrán y lo que dilapida en un aparato burocrático ineficiente, extraviado, sumiso, que hace las veces de corte castrada frente al monarca obsesivo, fanático del culto al ego, cuyo vértice de su estrategia propagandística hace recordar al Hitler de la Alemania nazi, que a fuerza de repetir su nombre y los apelativos fidelistas termina por atolondrarle el cerebro al pueblo. Yunes Linares vino de nueva cuenta a sacudir las estructuras de poder. Desmintió el argumento del gobierno fidelista que culpa de todos sus rezagos al Presidente Felipe Calderón. Mostró, como hace tres meses, cifras apabullantes y datos fríos. Standar and Poors, IXE Banco y otras consultoras financieras, dijo Yunes Linares, coinciden en que la bursatilización es deuda; el dinero que se compromete y hay que pagar es deuda. En dos años no habrá impuesto por tenencia de vehículos y los recursos de la primera bursatilización, comprometidos por años, se reciben ahora pero tendrán que pagarse con rendimientos. Eso es deuda. Se pagará con dinero proveniente de otros conceptos, así sea mermando presupuestos para obra pública. Estados como Oaxaca y Nayarit pagaron mucho menos que Veracruz por colocar sus “certificados bursátiles”. ¿Quién se llevó el botín? Un ejercicio de transparencia pondría en claro que el socio de la fidelidad ganó millones a costa del endeudamiento de Veracruz. Resultó la bursatilización una mascarada fraudulenta. Además ser un plagio del delfín fidelista, Javier Duarte el Gordito de Ochoa, ex secretario de Finanzas y ahora diputado federal inflado artificialmente, la maniobra bursátil se comporta como una avalancha que amenaza con sepultar a Veracruz. La nueva versión, bursatilizando 6 mil 800 millones de participaciones federales, catapulta la deuda veracruzana hasta los 35 mil millones de pesos.
Será esa la herencia de Fidel Herrera Beltrán. Recibió la entidad con 3 mil 500 millones que le endilgó Miguel Alemán Velasco, inútil mercenario de la política que prohijó negocios de sus empleados y hasta sus hijos medraron con los recursos del pueblo mediante una empresa de publicidad que llenó sus alforjas hasta que reventaron de dinero, transgrediendo la ley y agraviando la dignidad del pueblo. Fidel Herrera, en la profecía de Yunes Linares, se irá con una deuda diez veces mayor que la del régimen alemanista.
Lo menos es que deje el gobierno, el 30 de noviembre de 2010. Lo peor es que se marche si explicar a cuántas campañas del PRI desvió recursos, a cuántos proyectos políticos le destinó el dinero que debió servir para generar desarrollo y a cuántos edificios de protegidos y protegidas les aportó los cimientos, los castillos, pisos y techos fieles, paredes y hasta mobiliario y aparatos de aire acondicionado.
Por esa contundencia de cifras, Miguel Angel Yunes Linares altera los nervios del gobernador Fidel Herrera Beltrán. Provoca desenfreno y desatinos. Motiva el extravío de quienes en su papel de sumisos cortesanos, argumentan que viene a Veracruz “en plan provocador”. De nada sirven, tampoco, las rabietas histriónicas de la prensa lacaya del fidelismo. Veracruz es una entidad desgobernada por Fidel Herrera, con una crisis financiera, desviado el recurso económico para campañas políticas, usado el dinero para el culto mesiánico y para la propaganda estilo hitleriana.
Mañana, las cifras de la tragedia veracruzana.

Bronca grande la que se le viene al notario público Pedro Tiburcio Rosas por el lenguaje usado en la contestación a la demanda por el embargo de la reserva territorial, promovida por el constructor Oscar de la Cruz. Tildó al abogado José Tomás Garrido de terrorista. Eso en términos de ética judicial es sancionable… Héctor Yunes Landa no quita el dedo del renglón. Asegura que desde hace nueve meses se mantiene en el primer lugar en las encuestas sobre intención de voto para quienes aspiran a ser candidato a la gubernatura de Veracruz. Es cierto. En el PRI, una cosa es que los grupos políticos se vean obligados a actuar como damas de honor del delfín fidelista, Javier Duarte El gordito de Ochoa, y otra que sean parte de su proyecto. Sobre Yunes Landa conflúe los afectos de los priístas y de grupos poderosos como el que encabeza el senador Manlio Fabio Beltrones…