* Construcciones y Reparaciones del Sur: turbio historial * Fraude a Pemex de 2005 * Remediación y sobreprecio * Juan Carlos Fong y Arturo Quintanilla * Cuitláhuac: la culpa es de la abuela * Emilio Cárdenas presidirá Comité de Participación Ciudadana * Carranza y las licitaciones amañadas en Pemex
Mente vil la de Rocío Nahle, que marea a López Obrador con la refinería de Dos Bocas, desplaza a compañías de renombre, violenta leyes ambientales y maniobra con una licitación a modo que aterriza en los dominios del clan empresarial de su compadre nomber uan, Arturo Quintanilla Hayek.
Se deshace de firmas líderes en el ámbito petrolero con un ardid ad hoc, aduciendo que en la Cuarta Transformación no hay acceso a empresas vinculadas a la corrupción.
Dirige luego una licitación por invitación restringida. Y convoca a cuatro consorcios sin mancha —según presumía—, los más prestigiados en construcción de refinerías, mínimo 100 cada una, con altos estándares de calidad.
Limpias a medias, pues de inmediato se sabrían de acusaciones y juicios contra Bechtel, Worley Parson & Jacobs, Technip y KBR, subsidiaria ésta de Halliburton y con negocios con Odebrecht, por pago de sobornos para adjudicarse obras en varios países y para evitar fallos judiciales en contra tuvieron que indemnizar.
A los cuatro les exigía la secretaria de Energía de la 4T garantizar costos bajos y tiempo récord en la construcción: tres años y no más de 8 mil millones de dólares. Y ahí terminó el sueño.
Pretendían cláusulas en el contrato que permitiera ampliar el período de construcción y el ajuste en el presupuesto. Nahle se negó. Y las cuatro firmas dejaron el proyecto.
Y ahí se armó el negocio.
Va la refinería con un consorcio Grupo Huerta Madre creado al vapor, con una firma holandesa —Van Oord, experta en dragado—, otras dos del estado de Tabasco y una de Coatzacoalcos, Veracruz, la del clan del compadre de la secretaria de Energía, Arturo Quintanilla Hayek.
Sin experiencia en construcción de refinerías, Grupo Huerta Madre se constituyó el 17 de mayo de 2019. Una semana después, el 24 de mayo, se le adjudicó el proyecto cumbre del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Arrancó el 2 de junio. Inicia sin permisos ambientales que nadie le puede negar. Víctor Toledo, titular de la Secretaría de la Medio Ambiente y Recursos Naturales tras la salida de Josefa González Blanco, es servil al Dios Peje, obsequioso y casado a ciegas con la Cuarta Transformación.
Arranca Dos Bocas con una impugnación a cuestas, la de Boskalis Marine Contracting and Offshore Services, Boskalis International, Caba Servicios de Personal, Gama Ingeniería e Instalaciones y Mexicana de Dragados, el otro consorcio que demanda se expliquen los criterios para la asignación del contrato y la “suficiencia técnica”.
Los venció Huerta Madre, integrado por empresas dedicadas a la comercialización de productos lácteos, hortalizas, frutas, obra civil, y una implicada en un fraude a Pemex por trabajos de remediación. Un consorcio creado al vapor y vinculado a la secretaria de Energía.
Una de las empresas que lo conforman, Construcciones y Reparaciones del Sur, S.A. de C.V., es el punto clave, con historial turbio y nexos con el círculo favorecido por Rocío Nahle.
Su propietario, Juan Carlos Fong Cortés, fue tema de escándalo en 2005 tras descubrirse que la remediación del río Coatzacoalcos, inundado en su parte baja de petróleo crudo, producto de la rotura del ducto Nuevo Teapa-Poza Rica, a la altura de Nanchital, Veracruz, ocurrido el 22 de diciembre de 2004, fue una farsa.
Junto con seis compañías, urdió un fraude en dos sentidos: embolsar el petróleo recuperado y sepultarlo en las playas de Villa Allende, congregación de Coatzacoalcos, y aplicar sobreprecios en facturas de dudosa autenticidad.
Todo iba bien hasta que la naturaleza irrumpió. Un norte severo provocó marejada y vientos sobre la playa de Villa Allende, y ahí se dio el hallazgo. Quedaron al descubierto miles de costalillas de plástico conteniendo el petróleo que debió ser reintegrado a Pemex.
Meses después la Secretaría de la Función Pública del gobierno federal inició una investigación sobre las siete compañías: Saint Martín y Lico Ambiental, ambas de Juan de Dios Saint Martin y hermanos; ADT Petroservicios, del narco empresario Francisco Colorado Cessa, lavador de Los Zetas, condenado a 20 años de prisión y supuestamente muerto a causa de un infarto mientras apelaba la sentencia; Aquapress, Garner Servicios Ambientales, Grupo Preservare y Construcciones y Reparaciones del Sur, y las sancionó (Ver revista Contralínea).
Pemex las contrató por un monto de 558 millones de pesos y al final les pagó mil 623 millones. Sin embargo, la aseguradora GNP Charles Taylor Energy “sostiene que el costo real de los trabajos es de 293 millones 275 mil pesos, por lo que el quebranto asciende a 1 mil 330 millones de pesos, y le notificó a la petrolera que sólo cubrirá el costo real del accidente”, según reportaje de Ana Lilia Pérez.
Siete compañías remediadoras y siete funcionarios de Pemex fueron sancionados, ellas inhabilitadas. Y aún así Pemex no dejó de asignarles contratos.
Eran los privilegios del Pemex de la mafia del poder, que de la mano de Rocío Nahle vuelven por su rebanada de corrupción.
Construcciones y Reparaciones del Sur —agrega Ana Lilia Pérez— cobró 259 millones 529 mil 249 pesos “pero le correspondían sólo 23 millones 997 mil 23 pesos; es decir, cobró 1 mil veces lo que le correspondía. Según la SFP, defraudó a Pemex por 235 millones 552 mil 249 pesos. El 10 de diciembre de 2009, la inhabilitó por un año seis meses para contratarse con el gobierno federal a partir del 19 de diciembre, pero los funcionarios de Pemex contravinieron la normatividad al permitirle concursar la licitación 18575062-027-09, convocada por PEP en enero pasado, para construir un gasoducto del tramo Batería Luna- Batería Pijije”.
En marzo de 2010 obtuvo un tribunal federal de justicia fiscal le concedió una suspensión provisional para continuar recibiendo contratos de Pemex, refiere Ana Lilia Pérez.
Sin experiencia en temas petroleros, la Semarnat le concedió en 2005 un permiso para tratar suelos contaminados con vigencia de cinco años.
A partir de ahí le llovió la fortuna: rehabilitación de una red de contraincencio en el puerto de abastecimiento y almacenamiento, modificación del trazo del poliducto Poza Rica-Azcapotzalco, rehabilitar anomalías en los ductos del activo Macuspac, sustituir y ordenar infraestructura de transporte de hidrocarburos (Ana Lilia Pérez).
Senadores como Carlos Sotelo, del Partido de la Revolución Democrática, planteó investigar a empresas defraudadoras de Pemex, el 12 de mayo de 2010. Nada ocurrió.
Otros reportes citan, por ejemplo, la licitación TLC 18575106-529-13 para construir infraestructura en obras del sur. Por ese contrato Construcciones y Reparaciones del Sur se adjudicó 329 millones 350 mil pesos. El fallo fue otorgado el 20 de enero de 2014.
Ahora construirá la refinería de Dos Bocas, junto con una empresa con giro de frutas, hortalizas y lácteos, y otras de obra civil. Y se embolsarán 5 mil millones de pesos de los 8 mil millones a invertir.
Sobre la empresa de Juan Carlos Fong pesan diversas inhabilitaciones. Según reportes del gobierno federal, en 2011 tenía esa condición y el 15 de julio de 2015 igual.
El 16 de noviembre de 2017, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente le concedió un permiso para manejo de recursos peligrosos modalidad Suelos Contaminados (SEMARNAT 07-033-G).
Su nexo con el clan de Arturo Quintanilla Hayek se establece con la compra de un terreno de 39 hectáreas en Coatzacoalcos, producto del remate de bienes de Banco Unión, que se había declarado en quiebra.
Según reporte del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), el 16 de junio de 2006, Quintanilla y Fong participaron en la puja por el predio. Y junto a ellos, Construcciones y Diseños del Sureste, S.A. de C.V.
Ganó Quintanilla, quien ofreció 6 millones 250 mil pesos, mientras que Fong propuso 5 millones 545 mil. Toda una treta.
En 2016, la invasión del predio dejó al descubierto que la mancuerna Quintanilla-Fong existe. Juntos se ostentaron con dueños y denunciaron al secretario de Gobierno municipal, Oliver Damas de los Santos, hoy regidor del ayuntamiento, a quien le libraron una orden de aprehensión y tuvo que ampararse.
Arturo Quintanilla es un acaudalado empresario y proveedor de Pemex, abastecedor de herramienta especializada, distribuidor de la marca HyTorc, con contratos que se cuentan en cientos de millones de pesos.
Con Arturo Quintanilla, Rocío Nahle es sumamente generosa. Es su compadre. Y al compadre lo que pida.
Así le concedió la instalación de una planta procesadora de basura en un predio en litigio en el municipio de Chinameca, que provocó el rechazo social y un ultimátum al gobernador Cuitláhuac García. “La basura de Coatzacoalcos, a Coatzacoalcos”, le sentenciaron. Y se tuvo que marchar.
Hoy, Rocío Nahle maniobra, excluye empresas especialistas en construcción de refinerías, declara desierta la licitación, convoca a compañías nuevas y le asigna el contrato al consorcio donde milita el socio de su compadre nomber uan, Arturo Quintanilla Hayek.
Mente vil la de Rocío Nahle y Andrés Manuel hablando de honestidad.
Archivo muerto
Su abuela, cuenta Cuitláhuac García, podría explicar el origen del nepotismo en el gobierno de Veracruz, pero ya está muerta. Y él no la va a juzgar, menos entrometerse en su vida privada. Estilo Cri-Cri —¡¡di por qué, dime abuelita!!—, el gobernador suelta una insólita excusa. Peor: una infame excusa. Vapuleado por el nepotismo descarado que se practica entre los suyos —su parentela y la de su pandilla—, la prensa lo cercó con un par de preguntas en el World Trade Center de Boca del Río. Y lo que surgió de sus labios dibuja, no a un gobernador en apuros sino a un remedo de aprendiz de gobernador que invoca a la abuelita incómoda para justificar que hijos, hermanos, primos, sobrinos, yernos, esposos, cuñados hayan realizado el asalto a la nómina del gobierno de Veracruz al más puro estilo de la mafia del poder. Aduce Cuitláhuac que ni él ni su pareja —¿cuál?—, ni alguien con los apellidos García y Jiménez de su familia, trabaja en el gobierno. “Nepotismo de mi parte, no (…) Mi hermano mayor es neumólogo, mi cuñada también trabaja de manera privada, mi hermano trabaja en la Sinfónica de Xalapa, ejecuta la viola y tiene muchos años ahí”. De Eleazar Guerrero, el de los moches en la Secretaría de Finanzas y Planeación, se rehusa a explicar si en efecto es su primo o no. Todos saben que el papá de Cuitláhuac y el papá de Eleazar son primos; los García Durán y los Guerrero Durán . Que muchos de los descendientes de su célebre abuela se dicen primos. Eso “tendrán que averiguarlo” porque “tiene que ver con mi abuela”. Vaya galimatías verbal que acrecentó el escándalo. Por supuesto, hay mal pensados que imaginaron que la abuelita le daba vuelo a la hilachita. Y a tanta insistencia, Cuitláhuac García terminó por mancillar la memoria de la abuela desconocida: “Estoy diciendo que mi abuela, ya dije que mi abuela, cómo me voy a meter en la vida privada de mi abuela”. Pues que se meta porque el tema no sólo es de cinismo político sino de violación a la ley, rayando en la inmoralidad y el abuso de poder. Y al final el nepotismo sigue ahí. Secretarios, subsecretarios, diputadas, directores, jefes de oficina, la élite de Morena, se llevan el pastel y las migajas, saqueando el erario, incrustando a las rémoras familiares en cargos públicos como tanto se le criticó a los del PRI-AN…
Sea la encrucijada política, el desasosiego económico, las penurias sociales o los excesos políticos, la corrupción que domina y avanza, nada escapa al análisis profundo y puntual de José Emilio Cárdenas Escobosa. Ve lo que otros dejan pasar. Alerta y sacude. Va diseccionando el fenómeno del ejercicio del poder y sus alcances y consecuencias. De su vasto conocimiento emerge el diagnóstico certero y soberbia reflexión. Forjado en las aulas, promedio de excelencia, curtido en la vida, posee el don de la amistad, el trato amable, la firmeza de las acciones y un compromiso ineludible con la sociedad de la que es actor central. Egresado de la Universidad Veracruzana, doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, Emilio Cárdenas conoce las entrañas del sistema a fondo, desde las instituciones y desde la oposición. El próximo jueves 13 asumirá la presidencia del Comité de Participación Ciudadana, relevando a Sergio Vázquez, quien cumple su ciclo, y fiel a su esencia y a vínculo con la sociedad, será garante de la lucha contra la corrupción que corroe, daña y frena el desarrollo de nuestro Veracruz. Enhorabuena…
Atos Tecnología no es el único accidente de corrupción en la vida de Víctor Manuel Carranza. ¿Le suena Aceros y Metales Villarreal? ¿Le suena Macario Vázquez? ¿Le suena Fernando del Castillo Ávila, el abogado representante de Grupo Vasilopoulos que denunció las tretas del hoy alcalde para batear empresas y echarlas de licitaciones en que participaban y favorecer a Aceros y Metales Villarreal, y finalmente ganarse una sanción por parte de la Secretaría de la Función Pública que encubrió el trafique de favores? No sólo es esa. Hay más…
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