* Pago improcedente de 10 millones en la alberca semiolímpica  * La cuenta pública 2009 de Marcelo fue maquillada  * Hugo Hau, encargado de sabotear al secretario de Gobierno  * En alta el conflicto entre alcalde y síndico de Minatitlán  * Las placas de taxi de Sánchez Abreu  * Escándalo por un pago de 90 mil pesos  * Theurel creía que Etileno XXI era para Coatza  * Pierde ante Hernández Toledo  * Las trampas del regidor Lagunes  
  
Veracruz, en materia de seguridad y justicia, es un desastre institucional. Un alcalde, de Tampico Alto, desaparece sin dejar rastro; el líder del PRI se inventa como negociador; decenas de presidentes municipales reciben amenazas y son sujetos de extorsión, y si algo faltara, dos periodistas son levantados a plena luz del día. Íbamos mal y viene lo peor.

Así inicia el régimen del doctor Javier Duarte de Ochoa, cojeando, rengueando, a los tumbos en el delicadísimo rubro de la seguridad pública, columna vertebral de la estabilidad social y cimiento de la inversión, del desarrollo y del crecimiento.

Duarte hereda un gobierno rebasado por la delincuencia común, atrapado en la sospecha de haber pactado con el crimen organizado, entregados los territorios, infiltradas las corporaciones, sometido el régimen de la fidelidad a los enemigos de la sociedad que a fuerza de golpes violentos, de sembrar muerte y tragedia, se adueñaron de cuanto se les permitió tener.

Arranca del gobierno de Javier Duarte con el santo de espaldas. Saturnino Valdés Llanos, alcalde de Tampico Alto, Veracruz, desapareció el miércoles 23 de febrero sin causa aparente, sin dejar rastro alguno, bajo el modus operandi de los sicarios, de los matones a sueldo.

Presuroso, sin embargo, don Javier El Magnífico aclaró que no podía suponerse que hubiera sido levantado por células del crimen organizado. “El señor salió por su propio pie, que no fue ni levantado, ni ultrajado, ni secuestrado”, dijo con una seguridad y sapiencia tan insólitas como inéditas proviniendo de quien lo único que sabe hacer es implementar engendros bursátiles para endeudar a la entidad hasta llevarla a la bancarrota.

Así pues, el detective Duarte tácitamente ha cazado la apuesta de que al alcalde de Tampico Alto lo desaparecieron por razones desconocidas sin que ello implique necesariamente la autoría del crimen organizado y mucho menos que se trate de un secuestro.

Quizá la coartada fuera cierta, pero el primero en dudarlo es el líder del PRI en Veracruz, el fidelista recalcitrante, Ranulfo Márquez Hernández, que a fuerza de no hacer nada como no sea el espectáculo deprimente de verse inútil, olvidado en su sarcófago tricolor, se ofrece como negociador ante los plagiarios para lograr el rescate del alcalde Saturnio Valdés Llanos.

Si algo faltara, el secretario de Seguridad Pública en Veracruz, Sergio López Esquer, ha revelado que varios alcaldes han sido amenazados con fines de extorsión. Se sabe que son decenas y que el móvil no es el dinero sino desestabilizar la entidad.

Un hecho más, el “levantón” que sufrieran los periodistas Fabián Santiago Hernández y su padre Margarito Santiago Pérez, ambos editores del periódico La Verdad, que circula en Jáltipan, al sur de la entidad. Al filo del mediodía de este viernes 25 fueron interceptados por un comando armado que los hizo abordar su unidad móvil y llevárselos sin dejar rastro. Aparecieron cuatro horas después sin presentar huellas de violencia.

No es un día de campo lo que enfrenta Javier Duarte. Su policía es deplorable; a diario es señalada de actuar como parte de la delincuencia; otras veces protagonizan actos represivos contra la población; asesinan indocumentados; se vinculan con el crimen organizado; dan positivo en el antidoping; secuestran y extorsionan.

A ese terrible panorama se agrega la corrupción en los tribunales; dádivas exigidas por todo; fallos judiciales que agravian al pobre y que favorecen al rico y al hombre de poder; magistrados que son desplazados por razones políticas, y magistrados que son designados también por razones políticas, generando incertidumbre sobre quién queda y quién se va del Tribunal Superior de Justicia.

Muy temprano se sacude el régimen del señor Duarte. Un alcalde desaparecido, decenas amenazados, un líder priísta que pretende negociar con secuestradores invisibles y dos periodistas levantados, constituyen una prueba fina para el gobernador de Veracruz.

Ojalá no le quede grande la yegua.

 
Archivo muerto

Más de la cuenta pública 2009 del ex alcalde Marcelo Montiel Montiel: también se detectó un pago presumiblemente improcedente en la obra de construcción de la alberca semiolímpica. Su monto, superior a 10 millones de pesos. El documento contiene las estimaciones y pesquisas de los auditores que dan cuenta de un sinnúmero de irregularidades registradas en el segundo año de gestión del hoy secretario del Desarrollo Social del régimen duartista. Sin embargo, por razones políticas fue maquillado en los altos mandos del Organo de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz para matizar el daño. Hay más… Hugo Hau es el factor que provocó la renuncia de Jesús Moreno Delgado a la Secretaría de Gobierno del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, y que finalmente quedó sin efecto cuando el marcelista reconvertido doblegó al alcalde Marco César Theurel Cotero. Desde la Dirección de Atención Ciudadana, Hugo Hau hace funciones de enemigo en casa; provoca conflictos, enturbia el ambiente y donde Moreno Delgado atenúa problemas, don Hugo llega y los reaviva. Así ocurrió en la zona ejidal, donde el servicio colectivo de taxis generó una protesta social; Moreno halló una solución, pero Hugo Hau acudió con instrucciones precisas de reventar al marcelista. Hau no se manda solo; bajo consigna lanza fuego amigo, fuego fiel. Van bien los priístas. Así aseguran una sonora derrota en la elección por la diputación federal en el 2012. Ahí la llevan… En alta el conflicto entre el alcalde de Minatitlán, Leopoldo Torres García, y el síndico Nicolás Ruiz Rosete. Poco margen de maniobra concede el presidente municipal. A dos meses de haber iniciado la gestión municipal, poco o casi nada le autoriza a Ruiz Rosete, desde el nombramiento de sus ayudantes hasta recursos para el ejercicio de sus funciones. Se reedita así la espinosa relación Raúl Morales Cadena-Isabel Morales, finalizada cuando La Potra y su hija Dhamara enviaron al otro mundo al esposo de la priísta, Javier Gómez Gutiérrez, huyeron y si no ha sido por el encubrimiento del régimen fidelista, habrían parado en la cárcel. Polo Torres pareciera dispuesto a no dejar correr a su síndico, aún a riesgo de sumir al Ayuntamiento en una parálisis y, consecuentemente, en un estancamiento. Recuérdese que el síndico tiene por ley la facultad de representar jurídicamente al Ayuntamiento de Minatitlán y sin su firma, nada –contratos, convenios, órdenes de pago, licitaciones, por ejemplo— tendría validez. Demasiado pronto para sembrar de minas el terreno político… Malos presagios para el ex líder del PRI en Coatzacoalcos, Juan de Dios Sánchez Abreu. Crece la sospecha de que su nombre figura en la relación de concesionarios de placas de taxi; que se trata de más de 300 juegos de placas; que también aparece el nombre de su hermano Felipe; unas más teniendo como titular de la concesión a su ayudante de cabecera, la inquieta Magaly, y así toda la parentela. No hace mucho, en sus últimos días como líder del PRI local, un escándalo cimbró a los priístas que protagonizaron cuando una dama reclamó airadamente a Felipe Sánchez Abreu, flamante secretario del área jurídica y hermano del Gordito Abreu, no haberle entregado un juego de placas de taxi por el que ya había pagado 90 mil pesos. Así, con broche de oro, cerraba Juan de Dios su gestión al frente del PRI, señalado de traficante de placas, episodio del que fueron testigos decenas de priístas y cuyo álgido momento, mentadas de madre mutuas, captó un camarógrafo de prensa… No da una Marco César Theurel Cotero. Alardeó de que el proyecto Etileno XXI se construiría en Coatzacoalcos; se confrontó con el líder de la Sección 11 del sindicato petrolero, Ramón Hernández Toledo, y terminó sumido en el mayor de los ridículos. Etileno XXI, a cargo de la empresa brasileña Brasken, en alianza con Petróleos Mexicanos e IDESA, se instalará en 200 hectáreas de terreno del municipio de Nanchital, confirmado así por el alcalde de aquel lugar, Alfredo Yuen Jiménez. Cuando Hernández Toledo hizo el anuncio, Theurel brincó como fiera y lo refutó; Yuen insistió y aseveró que el proyecto beneficiará a ambos municipios. Finalmente IDESA le ha dado la razón al líder de los petroleros de Nanchital. Alguien con muy mala leche le vendió el cuento al inexperto Marcos de que Etileno XXI sería para Coatzacoalcos. Vaya oso… Como un ladrón en la noche se comporta el regidor Lagunes. Invade las oficinas de otros ediles, traspone la puerta de emergencia de los privados, sale al pasillo ubicado en la parte posterior y que sirve para comunicar todas las oficinas de los regidores. Así llega a la suya, se desparrama en el asiento de su privado y evade a quienes lo esperan haciendo antesala. A todos, invariablemente, su secretaria les comenta que “el señor no ha llegado”. Sale, se escabulle, con las mismas tretas. Ha desatado, en consecuencia, la ira de sus compañeros regidores por el abuso y nula ética con que se comporta. Sí, llega y se va a escondidas, como suelen hacerlo los ladrones, pero de noche. Ellos sí con algo de decencia. ¡Pobre diablo!... 

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