Javier Duarte de Ochoa no tiene carisma. Rechonchito, voz de niño cantor de Viena, expresión facial de espanto, puede parecer todo, menos político. No proyecta ni impacta; no convence ni a sus hijos; no conmueve ni a su suegra. De ahí que sea ilusorio, demencialmente insensato, el vaticinio de que aventaja en intención de voto a todos los priístas que aspiran llegar a la gubernatura de Veracruz. Duarte El Gordito de Ochoa es entre la familia priísta, equivalente a nada. Fuera de su paso por la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal, a las órdenes de su padrino, el gobernador Fidel Herrera Beltrán, no tiene trabajo político que lo respalde. Tiene, eso sí, la indiferencia de unos y el rechazo superlativo de los más. Hace una semana Consulta Mitofsky entregó los resultados de un sondeo de opinión sobre aspirantes del PRI al gobierno de Veracruz, pagado por el comité estatal priísta. Don Javier Duarte, como todo mundo suponía, terminó siendo el “vencedor” de ese rastreo de imagen, hechizo para catapultarlo a la candidatura priísta. Mitofsky le dio 23 por ciento de las preferencias; al diputado local Héctor Yunes Landa, 13 por ciento; al diputado federal por Coatepec, José Francisco Yunes Zorrilla, 11.9 por ciento; al alcalde de Veracruz, Jon Rementería, 7.8 por ciento; al alcalde de Jalapa, David Velasco Chedraui, 5.4 por ciento, y al secretario de Desarrollo Regional y Medio Ambiente, Ranulfo Márquez Hernández, 3.9 por ciento. Con el Caso Duarte, Consulta Mitofsky perdió la brújula y algo de vergüenza. Desató una reacción impensada de repudio entre priístas, y un sector de la prensa —la prensa no fidelista— puso en entredicho el resultado del ejercicio de opinión ciudadana. Héctor Yunes Landa, diputado local por La Antigua y quien asegura llevar la delantera en las últimas diez encuestas que se han realizado sobre aspirantes a la gubernatura, descalificó a Mitofsky; dijo que la candidatura del PRI debe definirse por sondeos de opinión de empresas serias. Refirió que en la elección federal, Mitofsky auguró el triunfo del PRI en Martínez de la Torre y Túxpan, que finalmente obtuvo el Partido Acción Nacional. Apostó que el PANAL ganaría el distrito de Huatusco, y ahí ganó el PRI. “Dicha empresa (Mitofsky) no es confiable”, remató Yunes Landa. El periodista César Augusto Vázquez Chagoya, autor de la columna política Pasillos del Poder y director de la página electrónica Enlace Veracruz 212, resumió la encuesta con una frase lacónica: “Estos números son de risa y para locos”. José Emilio Cárdenas Escobosa, director de la página Crónica del Poder y autor De Interés Público, llamó la atención sobre la coincidencia entre la visita del ex presidente Carlos Salinas de Gortari a Veracruz y la aparición de la encuesta Mitofsky. “Como en política nada es casual, es evidente que estamos ante una estrategia de reforzamiento de la imagen del favorito de Palacio de Gobierno, que en otras encuestas incluso aparece por debajo de otros prospectos. La cuestión es posicionarlo a cualquier costo. Para eso trajeron a Salinas”, escribió Cárdenas Escobosa.
Claudia Guerrero, directora de Veraz.com, y autora de la columna Entre lo Utópico y lo Verdadero, reveló el nivel de repudio entre los priístas hacia el diputado Javier Duarte, y las razones para posicionarlo mediante la encuesta de Mitofsky: “La empresa Encuestadora Mitofski realizó un proyecto en metodología de campo, para que en forma cuantitativa, se maquillaran los porcentajes beneficiando al aspirante, Javier Duarte de Ochoa. Ésta suspicaz encuesta, contratada por el PRI Estatal en Veracruz, bajo la orden del ineficiente Jorge Carvallo Delfín, ha provocado la inconformidad de todos los priistas, quienes no les convence el impuesto “delfín” del Gobernador Fidel Herrera Beltrán.
“Esta investigación de campo” ha sido enviada a todos los medios de comunicación vía Internet, además de ser encartada su publicación, en periódicos impresos y ventilada en la Radio y Televisión, provocando lo que desde un principio se deseaba hacer: levantar polvo. “Esta estrategia de lanzar bombas y medir su intensidad, nos está costando a todos los veracruzanos, pues estamos seguros, que las estrategias para lanzar al estrellato al diputado efímero Duarte de Ochoa no son pagadas con el sueldo del propio legislador, ni de Jorge Carvallo, ni mucho menos de los millones de Fidel Herrera… “Ante la falta de propuestas y ser un fiasco como diputado federal, inventan esta megaencuesta, la cual, sólo fue un gasto innecesario, de los muchos que hace el ex secretario de Finanzas”. Amigzaday López, en su columna Contrastes, expresa su incredulidad de que Duarte de Ochoa haya pasado del octavo lugar al primer sitio en la intención de voto de los veracruzanos en cuestión de días y de que se le infle artificialmente: “El capricho sexenal de imponer a Duarte de Ochoa, podría resultar peligroso, si el legislador federal no logra unir a los militantes del tricolor y ser respaldado por la mayor intención de voto del electorado. “¿Duarte realmente podrá repetir el triunfo de Fidel Herrera? “Lo cierto es que el PRI con el doble lenguaje de frenar a los incómodos y abrirle paso al delfín, puede salirle el tiro por la culata”. Decenas de comentarios más han servido para ilustrar el desafortunado episodio. Mitofsky provocó un efecto exponencialmente adverso hacia el diputado Javier Duarte El Gordo de Ochoa. Si antes era improvisado, ahora es tramposo, mañoso, maniobrero, falaz y despilfarrador. Y le sobran epítetos.
Llogra, pues, cosechar lo que menos imaginó: el repudio de los veracruzanos.