* Bombazo en Xalapa y cuatro muertos en Veracruz * Sin credibilidad, Duarte visita prensa nacional * Nido de amor en Tlacotalpan * Ocho abogados del Jurídico, cesados * Se van más funcionarios * Sabotean Theurel y Chagra al suegro del gobernador * Antorcha Campesina quiere a Cirilo en el PRI * Oscar Díaz, delegado de Fundación Ayudarte
Muy pocos —contadísimos— le conocían a Marco César Theurel Cotero el gusto por hurgar en vidas ajenas, saber qué dicen y piensan sus amigos y enemigos, y su proclividad a meter la oreja donde no debe. Sin embargo, un desliz verbal suyo reveló que el alcalde Coatzacoalcos es un espía consumado.
Agobiado por deudas millonarias, su gobierno municipal en bancarrota, Theurel fue increpado el jueves 13 por un grupo de proveedores que públicamente exigieron el pago de sus servicios, prestados por iluminación y sonido durante el Carnaval del Centenario Coatzacoalcos 2011, eventos de playa, Expo Feria y otros contratos, incluido el suministro de equipos de sonido en las fiestas de Independencia.
Frente al palacio municipal, apostaron una decena de vehículos. Colocaron mantas y cartulinas con leyendas que evidenciaban al alcalde. “Hasta cuándo se va a dignar pagarnos”, rezaban algunas de ellas. Trastocado el tránsito, hicieron del ruido una escandalera mayor y convirtieron el feudo del alcalde Theurel en una romería de curiosos.
Invitados a dialogar, acudieron los 34 proveedores a la Secretaría de Gobierno Municipal. Su titular, Roberto Salas Gutiérrez, intentó mediar y convocó al tesorero, Daniel Jiménez Medina, cuyo desprecio fue tangible. Lo esperaron media hora y nunca se presentó.
Enlazados vía telefónica con el alcalde Theurel, abierto el altavoz, ni remotamente imaginaban los proveedores lo que minutos después habrían de escuchar. Pidió tiempo el edil, una semana acaso, para resolver el conflicto. En una semana, dijo, habrá dinero y saldaría la deuda.
No le creyeron. Recordaron las múltiples promesas de pago, las evasivas, el trato distante del tesorero, y una constante: no hay dinero en las arcas municipales.
Marcos Theurel, encarnación de la intransigencia, padece cambios súbitos de carácter. Cuando le advirtieron que si no les liquidaban la deuda en forma inmediata, se manifestarían durante la inauguración del Mosaico de Culturas —un evento infumable que año con año sirve para el pavoneo de las familias de origen extranjero, asentadas en Coatzacoalcos— el alcalde experimentó esa transformación que algunos llaman inestabilidad y que otros definen como bipolaridad.
Amenazante, la voz encendida, Theurel advertía que si se manifestaban no verían un centavo en los tres años que él se desempeñara como alcalde de Coatzacoalcos. “Manifiéstate mañana, hazlo y te doy mi palabra que en tres años no vas a ver tu pago. Piensa en su familia”, les dijo mientras los proveedores le insistían en que el servicio ya estaba prestado y que tenían el derecho, incluso, de acudir ante el gobernador Javier Duarte de Ochoa para denunciar el hecho.
Fuera de sí, atropelladas sus palabras, Marcos Theurel vio en el ex secretario de Desarrollo Social Municipal, Mario Malpica Medel, al responsable del conflicto, autor, según él, de actos de corrupción, manejos irregulares con la organización del Carnaval y otros eventos.
“Sabíamos lo que hacía Mario”, sentenciaba Theurel en un maratón de palabras, renuente a escuchar a los proveedores, infructuoso su esfuerzo de advertirle que la prensa estaba presente, grabada la conversación, consignado el ex abrupto, la amenaza.
Habló de “cosas que sucedieron con Mario” en el Carnaval, relativas a pagos y facturas.
Ríspida, la conversación con los proveedores duró 9:12 minutos. A media charla, en el minuto 5:56, Theurel pronunció una frase que dejó helados a quienes lo escuchaban: los inconformes, el secretario de Gobierno, Roberto Salas, y los periodistas que grababan al alcalde de Coatzacoalcos.
“Tenemos grabaciones, tenemos inteligencia”, dijo Theurel con aire de perdonavidas y en ese instante el líder de los inconformes que la prensa estaba grabando la conversación.
Reo de sus errores, de su incontinencia verbal, de sus altibajos temperamentales, Marcos Theurel tuvo que bajarle de volumen. Había abierto la puerta a un añejo tema: el espionaje telefónico en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Nunca antes un alcalde había revelado la evidencia de escuchas ilegales a sus funcionarios, esta vez al ex secretario de Desarrollo Social, ahijado político del ex presidente municipal, Marcelo Montiel Montiel, hoy secretario de Desarrollo Social del gobierno de Veracruz.
Antes, la intervención telefónica se realizaba, según delaciones del propio personal sindicalizado, desde el área de radiocomunicación del Ayuntamiento de Coatzacoalcos, enclavado en la planta superior del palacio municipal. Luego, en el trienio encabezado por Ivan Hillman Chapoy, hoy coordinador de la Oficina del Gobernador, Javier Duarte de Ochoa, el espionaje se realizaba desde el Departamento de Innovación Gubernamental.
Actualmente, un sofisticado equipo para escuchar y grabar las conversaciones del personal del Ayuntamiento de Coatzacoalcos opera las 24 horas del día en el piso 4 del edificio de Tesorería Municipal, un nivel debajo de la oficina alterna del alcalde, a la cual únicamente tiene acceso personal autorizado. Ingresar al piso 5 sólo es posible con una tarjeta electrónica codificada, asignada a personal selecto, entre ellos Fabiola, una privilegiada secretaria del presidente municipal. Ese sistema de alta seguridad se realizó con un elevado costo del que no se informó a la ciudadanía.
Quieralo o no, Marcos Theurel abrió la Caja de Pandora. “Tenemos grabaciones, tenemos inteligencia”, es una frase que lo involucra en un caso de espionaje a quien fuera su secretario de Desarrollo Social. Y no sólo eso. El alcalde lo expresa con la altivez de quien tiene en la mano la información para destruir a sus enemigos.
“Tenemos grabaciones, tenemos inteligencia”, dice en la conversación, difundida por La Jornada Veracruz en la página en internet youtube.com.
Espiar es un delito. Grabar las conversaciones telefónicas de sus funcionarios es, además de una transgresión a la ley, una falta de ética de Marcos Theurel.
Es, sin embargo, una constante en el alcalde de Coatzacoalcos. En 2009, pasaban por sus manos legajos que contenían las transcripciones de las conversaciones grabadas a candidatos priístas a diputaciones federales.
No fue Marcos Theurel quien ordenó esas escuchas ilegales, pero sí quien conoció su contenido.
Lenguaraz, esta vez, frente a los proveedores que exigen el pago de sus servicios, no midió el alcance, ni las consecuencias, de revelar cómo fue espiado el ex secretario de Desarrollo Social Municipal.
No fue el único. Son todos sus funcionarios. Ya se verá.
Archivo muerto
Ni seguridad ni paz en Veracruz. Cuatro muertos en el puerto jarocho y una explosión en un Banamex, en la capital Xalapa, este fin de semana, hablan del nivel de violencia, gobernadas las calles por el crimen organizado, el miedo en los hogares y, peor aún, en el alma de los veracruzanos. Pasarán días y semanas y meses para que Veracruz Seguro, el progama implementado por el gobierno federal, devuelva la tranquilidad. Mientras, el gobernador Javier Duarte de Ochoa va como alma en pena visitando medios de comunicación nacionales, matizando —si es que puede— la dimensión del baño de sangre. Habla don Javier sin convencer, sin un gramo de credibilidad, reconociendo cómo su gobierno ocultó cifras de muertos, sin querer voltear atrás, sin citar las causas del caos que devora a Veracruz. Tendría más éxito sin en vez de hablar, aplicara la ley a quienes desde la cúspide edificaron el santuario Zeta, convirtieron a la policía en peón del crimen organizado y usaron el aparato de poder para someterlo a los malosos. Si lo hiciera, apaciguaría los ánimos…
¿Quién es ese político de altos vuelos que escogió Tlacotalpan para sostener sus muy peculiares encuentros cercanos del tercer tipo? Documentadas, grabadas, sus encerronas en un conocido hotel de aquel paradisíaco lugar de la cuenca del Papaloapan, patrimonio de la humanidad, serán otro escándalo por si a Veracruz no le faltaran broncas...
Sigue —y seguirá— la guillotina en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Más de 40 empleados de la Secretaría de Gobierno “dados de baja”, según el concepto usado por el alcalde Marco César Theurel Cotero, reclaman el pago íntegro de su última quincena y lo que la ley les otorga. Negociaban el jueves 13 el pago del sueldo y, obviamente, de su liquidación constitucional. Ellos habían expresado que renunciaban en solidaridad con el ex titular del área, Jesús Moreno Delgado, pero el alcalde, iluminado desde las alturas, dijo públicamente que no era renuncia sino que él los dio de baja, lo que obliga al Ayuntamiento a pagar lo que legalmente corresponde. La guillotina no para ahí. Dos semanas atrás, trascendió el despido de ocho abogados del Departamento Jurídico Municipal, supuestamente por filtración de información. En los próximos días caerán, también, el director de Atención Ciudadana de la Secretaría de Gobierno Municipal, Hugo Hau Carrión, y el director de Asuntos Religiosos, Antonio Millán Franyutti…
Entre mofas y burletas, encaja la daga, filosa como es, Marcos Theurel. Lleno de gozo, revienta el negocio de la basura al empresario Jesús Antonio Macías Yasegey, suegro del gobernador Javier Duarte de Ochoa, sin calcular daños colaterales, reacciones de poder, cobro de facturas. Tras el recorte del monto del crédito que le aprobó el Congreso de Veracruz, del que sólo podrá contratar 350 millones de pesos con BANOBRAS, tuvo la ocurrencia el alcalde Theurel de suprimir el apoyo al proyecto para convertir la basura en energía eléctrica, a cuyo cargo estaría la empresa Energy Solutions. Auspiciado por Tony Macías, el proyecto había desplazado a la propuesta que traía entre manos el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán en sociedad con uno de sus hijos. Luego lo torpedeó el síndico Roberto Chagra, al revelar prematuramente que la empresa que lo desarrollaría sería Energy Solutions, sabedor que la adjudicación debía darse, por ley, mediante licitación pública internacional, no por asignación directa. Ahora, lo deja fuera de presupuesto el alcalde Marcos Theurel para construir, en cambio, un relleno sanitario en el predio El Rebozo, en el que tendrá manos libres la empresa Obras Portuarias de Coatzacoalcos. No hace mucho decía Beto Coca que “el relleno sanitario es lo más atrasado” que existe; o sea, cosa del pasado. Golpe al suegro incómodo. Punto para la causa fidelista…
Juego mañoso de Antorcha Campesina, en la Sierra de Soteapan. Priísta de cepa, ex diputado local por contubernio con el poder, Samuel Aguirre, líder estatal, opera esta vez la candidatura de Cirilo Vázquez Parissi, alcalde panista de Cosoleacaque, para contender, no por el Partido Acción Nacional sino por el PRI, por la candidatura a diputado federal en el distrito de Cosoleacaque. Al frente de esta maniobra se halla el dirigente regional de Antorcha Campesina, Pergentino Cortés Girón, un agitador nato, invasor de tierras, multidenunciado y fugazmente encarcelado, el 20 de noviembre de 2009. La intención es evidente: dejar al PAN sin un activo de renombre, un imán electoral, para contender por la diputación. Sin embargo, traicionar al PAN le significaría Cirilo Vázquez la pérdida de miles de votos en su distrito, el riesgo de perder en la elección federal y ver cancelada la posibilidad de regresar a la alcaldía, pues el Código Electoral Federal establece que el candidato debe estar separado “en forma definitiva de cualquier cargo público”. Por lo pronto, Antorcha Campesina le canta al oído…
Más de mil asistentes congregó la toma de posesión de Oscar Díaz Derbez como delegado de la Fundación Ayudarte, A.C., en la región de Cosoleacaque. Llegaron de toda la sierra de Soteapan, sorteando el clima, bañados en lluvia. Respondían al llamado de Oscar Díaz, joven priísta que coordina apoyos para los olvidados y marginados del Veracruz rural. Celebrado en Cosoleacaque, el evento fue presidido por el líder estatal de la Fundación Ayudarte, José Domínguez García, quien tiene la encomienda de cristalizar la ayuda social entre los grupos más necesitados, como es el caso de Cosoleacaque…