“Bendito entre las mujeres”
es como mejor me siento,
feliz, alegre, contento
con estos mágicos seres.
Me apropio de sus quereres
doy rienda suelta al placer,
si las llegara a perder
por desamor o reyertas,
“Más vale llorarlas muertas
y no en ajeno poder”.
“Hay casas que ni jumean
y por dentro están que arden”
tal vez el amor retarden,
o en el romance no crean.
Su ceguera hace que vean
solamente lo banal;
yo esperaré la señal
de que me abras tus espacios,
“He visto caer palacios
cuantimás éste jacal”.
“Ora lo verás guarache
ya apareció tu correa”
para mí no hay mujer fea
ni que empalague o empache.
Que por besarla me agache
no me causa desconsuelo,
en el infierno o el cielo
les aplico mis amarras,
“No le hace que sean chaparras
me gusta besar el suelo”
“A la mujer y a los charcos
no hay que andarles con rodeos”
ni floridos galanteos
en exagerados marcos.
Aun pareciendo parcos
se ha de hallar quien nos valore,
quien sin ruegos nos adore
dándose sin condición
y al prestarse la ocasión
“A quien le dan pan que llore”.