Por circunstancia sombría
e inquietante situación,
a gobernar Nuevo León
regresó Samuel García.
No hay la mínima armonía
según percibe la crítica
y dice nota analítica
que al faltar un buen comando,
van neoleoneses pasando
por una crisis política.
Se lanzó al máximo ruedo
dejando gubernatura,
oposición asegura
que volvió al cargo por miedo.
Ocasionó gran enredo
lo del suplente propicio,
casi se volvió estropicio
al propinarle un revés,
su falta de madurez
y de político oficio.
La situación es muy dura
para gobernar no hay vía,
pues no tiene mayoría
en local legislatura.
De modo que en la estructura
para el gobierno estatal,
se está quedando al final
entre puro opositor,
la Auditoría Superior
y Fiscalía General.
La culpa de ese desmán
según el gobernador,
es por la turbia labor
de diputados del PRIAN.
Son contradictorio clan
peor de lo que imaginaba,
por eso en expresión brava
les lanza frases abruptas:
los llamó “ratas corruptas”
y “jijos de la guayaba”.