En el carretero viaje
se ha vuelto obligado tema,
el ya perpetuo problema
por las casetas de peaje.
Causa un fastidio y coraje
que aunque quieras no asimilas.
De insulto las retahílas
brotando de aquí y de allá,
por la molestia que da
la espera entre largas filas.
Quejas una y otra vez
entre la prisa y zozobro,
pues las casetas de cobro
no funcionan con fluidez.
Completo desinterés
es notorio en realidad.
Hace falta voluntad,
tecnologías concretas
y ofrezcan de sus casetas
máxima capacidad.
Una larga travesía
sin medidas cronométricas,
por las filas kilométricas
que se forman día con día.
Agreguemos todavía
a la negativa cuenta,
cada reten que se asienta
para control obligado,
dando como resultado
la circulación más lenta.
Ha trascendido a tal grado
el popular descontento,
que ya hizo un pronunciamiento
el Congreso del Estado.
Un exhorto se ha girado
a CAPUFE y su engranaje:
que con destreza trabaje
para pronto agilizar,
tránsito vehicular
en las casetas de peaje.