Hubo una marcha ruidosa
el domingo en varios frentes,
en donde los asistentes
iban vestidos de rosa.
Fue por cierto numerosa
sin conflictos ni desgracia.
Aunque causó suspicacia
se anunciara apartidista,
queriendo en modo idealista
defender la democracia.
Si embargo es comentada
mutación en un respingo,
pues la marcha del domingo
ya destapó su fachada.
Con acuciosa mirada
se notó la realidad.
En esta oportunidad
se quedó sin fundamento,
la coherencia de un evento
falto de autenticidad.
La marcha en su desarrollo
hizo que sintiera ahora,
candidata opositora
abiertamente el apoyo.
Prepararon el embrollo
los líderes partidistas,
eternos protagonistas
que quieren al parecer,
más que nada promover
candidatos de sus listas.
Esta vez no fue lo mismo
pues bajó la concurrencia,
como clara consecuencia
por el falso “apartidismo”.
Que fue solo un espejismo
para atraer militantes
logrando de resultantes
baja asistencia en verdad
y poca diversidad
entre los participantes.