Ha causado gran sorpresa
alcalde que se lució,
por decreto que emitió
en localidad francesa.
Esa región atraviesa
por una etapa penosa.
Con medida escrupulosa
según quien eso administra,
en años no se registra
temporada más lluviosa.
En los húmedos ambientes
el agua en cualquier costado,
se dice que el sol ha estado
entre los grandes ausentes.
Con problemas evidentes
por lo mucho que diluvia,
peinando su barba rubia
y en arrogante templanza,
ha emitido una ordenanza
para que “cese la lluvia”.
En su decreto el maese
ordena de julio a octubre,
se acabe el tiempo insalubre
también que la lluvia cese.
La primavera regrese
con floreciente semblante,
que de ahora en lo adelante
cambie la lluvia insumisa,
por una ligera brisa
y que luzca un sol radiante.
A clérigos pedirá
que en base a su condición,
hagan comunicación
con quien rige el más allá.
Por su intervención quizá
al ver que sufren aprieto,
siendo de atención objeto
tanto desbordado arroyo,
bajo celestial apoyo
se cumpla su actual decreto.