En vez de bienes, los males
deja el vital elemento,
al menos hasta el momento
con tormentas tropicales.
Aguaceros, vendavales
son secuelas de ciclones,
con destrozos por montones
en casas y sembradíos,
al desbordarse los ríos
provocando inundaciones.
Se anegan las carreteras
se destruyen los caminos,
aislando a muchos vecinos
a poblaciones enteras.
No le detienen barreras
en su paso problemático,
ni hay programa burocrático
que algún gobierno realice
y sin dudas garantice
frenar el cambio climático.
La herida se vuelve llaga
pues se observa en nuestro estado,
mucha falta de cuidado
en carreteras de paga.
Si tu cerebro divaga
en rutas y cambalaches,
puede que la opción retaches
porque en la otra carretera,
es angosta “la costera”
llena de topes y baches.
Autopistas que a buen juicio
son caras en Veracruz,
no garantizan a sus
usuarios un buen servicio.
Transitarlas es suplicio
porque entre baches desfilas.
Tu paciencia la aniquilas
pues pasas horas y horas,
por diferentes demoras
en kilométricas filas.