Por su labor sin desmayo
como guía y enseñanza,
mi respeto y alabanza
en este quince de mayo.
Al maestro que es un rayo
de luz, en camino oscuro.
A quien se critica duro
por rebelde y combativo,
pero enarbola un motivo
laboral que es su futuro.
Aquí no se felicita
ni mucho menos se exalta,
al que por costumbre falta
y su compromiso evita.
Tampoco al que facilita
falsas calificaciones,
pidiendo contribuciones
de dinero o sexual maña;
que gente de esa calaña
también las hay por montones.
Vaya un parabién sincero
para el maestro esforzado,
que vuelve un apostolado
su profesión por entero.
Al maestro verdadero,
al de lúcidas acciones,
al que las afectaciones
en salario y bienestar,
los obliga a protestar
con las marchas y plantones.
Esperemos que el gobierno
en plazo que sea muy breve,
ya pague lo que les debe
y no haga retraso eterno.
Porque pueden ir al cuerno
todas las promesas, cuando
la federación, al mando
exija sin dilaciones,
esos miles de millones
que en la SEP están faltando.