Las noticias repentinas
son como tragos amargos,
al quedar libre de cargos
el señor Raúl Salinas.
De plano son muy cochinas
las actuales decisiones.
Causa nuevas decepciones
que justicia pisotee,
por eso ya nadie cree
en nuestras instituciones.
Se liberó este villano
que lo encontraran culpable,
de riqueza inexplicable
en la gestión de su hermano.
Para el pueblo mexicano
es una nueva insolencia,
pues tiene plena conciencia
que llenaron la maleta,
de la partida secreta
que tiene la presidencia.
Igualmente señalado
como autor intelectual,
en esa acción criminal
en que murió su ex cuñado.
También salió exonerado
por aquella acusación.
No nos cause admiración
que si se le da la gana,
la justicia mexicana
hasta le pida perdón.
Todo el poder judicial
es corrupción y codicia
y el que procura justicia
está peor o casi igual.
Carlos Salinas, tal cual
maneja el poder completo,
para nadie es un secreto
que en sus macabros estilos,
es quien le mueve los hilos
al títere Peña Nieto.