Ya tenemos año nuevo
que deseamos sea mejor,
con futuro alentador
en fantasioso relevo.
Sacudimos el malevo
anterior que en su inclemencia,
exigió nuestra paciencia
con su saldo negativo,
mirando en lo colectivo
tantas muertes y violencia.
El pueblo ya recrimina
con primeros descontentos,
al conocer los aumentos
del gas y la gasolina.
Para empezar se propina
golpe que hay que asimilar.
De modo particular
la molestia se detecta,
al mirar cómo se afecta
presupuesto familiar.
Es palpable el descontento
al ver que entre tanto mal,
salario mínimo actual
recibió mínimo aumento.
No existe razonamiento
que acepte que esos ingresos,
en prodigiosos excesos,
anularan la vigilia
y alimente una familia
solo con setenta pesos.
En cambio OPORTUNIDADES
se cambió el nombre a PROSPERA
y puede entender cualquiera
que traerá felicidades.
Para empleados y amistades
con salarios envidiables,
vendrán las inconfesables
mañas y el mismo discurso,
sin que le llegue el recurso
a familias vulnerables.