En las redes se comparte
con anormal insistencia,
que por propia conveniencia
se retira Javier Duarte.
Él en cambio por su parte
distinta versión nos da.
Otros dicen que quizá
busque una puerta de escape
y se ha vuelto un zipizape
que si se va o no se va.
Se considera perdido
en el político embrollo,
pues le retira el apoyo
el líder de su partido.
Se le ha armado tanto ruido
por treinta y un mil millones,
que sin legales razones
los cambiaron de lugar
y hoy quien le pide aclarar
es Manlio Fabio Beltrones.
Del partido tricolor
es cual piedra en el zapato,
de quien salga candidato
para ser gobernador.
Lo pensará el elector
por cuanto se le ha sabido.
Con el sigilo debido
pensando en el porvenir,
no se atreverá a elegir
otro del mismo partido.
Con deudas a constructores
deportistas, pensionados,
a becarios, jubilados
también a los profesores.
A los adultos mayores
el pago igual se esfumó.
Si se va, imagino yo
que todo el que se interese,
le pedirá que regrese…
pero lo que se llevó.