Tres mil trecientos sesenta
el número de maestros,
que por designios siniestros
enfrentarán la tormenta.
Porque la SEP argumenta
se negaron a exigencia.
No aportaron su presencia
y ahora con firme puño,
los cesará Aurelio Nuño
por no evaluar su eficiencia.
En su discurso implacable
de manera repetida,
dicen tiene esa medida
carácter irrevocable.
Les parece imperdonable
no asistir a evaluación.
Ni les darán otra opción
a exámenes requeridos,
porque serán despedidos
sin darles liquidación.
Sin responsabilidad
dicen se harán los despidos,
y no va a causarle ruidos
a ninguna autoridad.
Quisiera ver si es verdad
que pesan esas razones.
Pues con tales condiciones
los maestros por su empleo,
armaran un golpeteo
con sus marchas y plantones.
Queriendo tijeretazos
dar más o menos así,
de Chuayffet también oí
sus gritos y sombrerazos.
Por lo visto en ambos casos
se van a la yugular.
Mas con el gremio escolar
riesgoso es andar con juegos;
“no deben encender fuegos
que no puedan apagar”.