Desilusión nuevamente
en deporte nacional,
donde todo sale mal
como ya es cosa frecuente.
Con la molestia creciente
por el total extravío.
Se nota que hay un vacío
sistémico en todos lados
por falta de resultados
con los atletas en Río.
No hay por donde salga el sol
con arqueros ni esgrimistas,
boxeadores, clavadistas
y menos en el futbol.
Todo fuera de control
nos deja sabor amargo.
El deporte en su letargo
está buscando culpables
y hay quien hace responsables
a los de pantalón largo.
Resultan harto indiscretas
escuchar en todo caso,
justificar su fracaso
declaraciones de atletas.
Que no lograron sus metas
Echan la culpa a sus males,
por los vientos infernales
también por falta de apoyos,
quejándose en esos rollos
hasta de jueces parciales.
Lo que nos queda muy claro
es que hay culpa compartida,
sin que se vea la salida
ni que rey nos dé su amparo.
Pero no parece raro
este fracaso presente,
si de manera insolente
el compromiso se evade
y ponen en la CONADE
a un cuate del presidente.