Con repudio demostrado
lanzando sus desatinos:
violadores y asesinos,
Donald Trump nos ha insultado.
Ahora se dejan de lado
las frases del troglodita.
A pesar que al pueblo irrita
su lenguaje y su presencia,
en desdichada ocurrencia
a México se le invita
No es este el mejor momento
del presidente en verdad,
pues su popularidad
anda en veintitrés por ciento.
Hoy se suma otro elemento
para su perfil maltrecho.
Con discernimiento estrecho
en político arrebato,
ha invitado a un candidato,
lo que nunca se había hecho.
Los diálogos son muy sanos
pero no invito a mi casa,
a quien diario se la pasa
insultando a mexicanos.
Los latinoamericanos
son tratados con dureza.
Pero en mal vista torpeza
que misericordia aguarda,
el gobierno no se tarda
en agachar la cabeza.
Que distancia se mantenga
y en paz la fiesta llevemos,
a Trump aquí no queremos,
Clinton que tampoco venga.
Nuestro gobierno se atenga
a popular voluntad.
Se muestre con claridad
que si otra cosa nos falta,
la frente llevamos alta
y aun tenemos dignidad.