Al Director de la Agencia
de Investigación al Crimen,
de su puesto lo suprimen
por su propia conveniencia.
Aunque hubo previa insistencia
se le borrara del mapa,
porque tuvo negra etapa
con sospechosa actuación,
cuando la investigación
del caso de Ayotzinapa.
En tiempos no muy lejanos
Tomás Zerón clavó aristas,
con padres de normalistas
y con Derechos Humanos.
Ya que aseguran aldeanos
se coló en el muladar,
que se dice es el lugar
de cruel incineración
y sin mucha precaución
unas “pruebas” fue a sembrar.
Por tal acción arbitraria
pareció justa medida,
el anunciar su salida
inminente y necesaria.
Pero llega lapidaria
noticia que abre un boquete.
El Presidente comete
otra pifia y en mal gesto,
lo coloca en otro puesto
de nuevo en su gabinete.
Parece que pica pica
nos pusiera en salva parte,
con los yerros que reparte
y que ninguno se explica.
De tal modo se complica
más y más cada jornada,
que no se arregla con nada
su relación con la gente
pues su imagen claramente
está más deteriorada.