Les causó desasosiegos
a muchos en la nación,
con esa declaración
que hizo el General Cienfuegos.
Dijo, no es cosa de juegos
que su faena verídica,
resulta en veces fatídica
cuando en suceso formal,
no existe un marco legal
ni seguridad jurídica.
En tono nada contento
reclamó que en ocasiones,
enfrentan acusaciones
sin mínimo fundamento.
A manera de lamento
insistió que su encomienda
es una difícil senda
donde el deber los instala,
como Tlatlaya e Iguala
sin que nadie los defienda.
Si pidiera algún sector
volviera con sus laureles,
ejército a los cuarteles
su voto sería a favor.
Pues dice que su labor
para muchos antipática,
no es sosiega diplomática
de la apacible respuesta
y por lo tanto está expuesta
a la condena mediática.
La presencia de soldados
en nuestro social tejido,
al país no le ha traído
los efectos esperados.
Mejor sean acuartelados
como sabia decisión.
No han sido la solución
y muchos piensan que están,
en el maligno huracán
de terrible corrupción.