Festejos de navidad
unidos con la familia,
al rencor lo reconcilia
trayendo felicidad.
Aunque nuestra realidad
siga siendo escalofriante,
hasta al actual gobernante
parece que le ha afectado,
pues vemos que le ha bajado
al tono beligerante.
Del combate hizo repliegue
cuando al dirigirse a Duarte,
clases de indulgencia imparte
pidiéndole que se entregue.
Clama que a la ley se apegue
sin hacer más revoltijos.
Salga de sus escondrijos
escuchando su llamado;
que devuelva lo robado
y que lo haga por sus hijos.
También lo sentimental
le hizo una mala jugada,
pues no hemos oído nada
en contra del ex Fiscal.
Eso ya es mala señal
que nos lo pinta muy gris.
Incorrecta directriz
que incertidumbre propicia,
como fue aquella noticia
que “iba a cimbrar al país”.
Se sabe en forma tranquila
que cuando mucho se ofrece,
“el prometer no empobrece
el dar es lo que aniquila”.
De promesas una pila
gran expectativa crearon.
El ánimo levantaron
y a la gente hay que cumplir,
ahora no vaya a salir
“que a Chuchita la bolsearon”.