Por la falta de respeto
que Donald Trump ha mostrado,
se ha roto el hilo delgado
que desata un vericueto.
Ya decidió Peña Nieto
que en un cercano futuro,
ha de forjar un plan duro
con poderosas razones,
para evitar las presiones
de que paguemos el muro.
No habrá la reunión pactada
si no hay un trato distinto;
complicado laberinto
que no nos conduce a nada.
El tipo saca la espada
con sus instintos más bajos,
no permite los atajos
y en sus acciones macabras,
en vez de soltar palabras
nos avienta escupitajos.
Desde hace años un tratado
de libre comercio existe,
hoy lo toma como chiste
y hasta lo descarta a un lado.
Si presiona demasiado
mirándolo con desdén,
se trastornará el sostén
y al mirar la alevosía,
México decidiría
abandonarlo también.
Habrá mucha turbulencia,
aumentará la tensión,
por la malsana intención
del muro y su consecuencia.
Se ha demostrado paciencia
pero el saco se ha repleto
y para afrontar el reto
en cuestiones de negocios,
hay que buscar nuevos socios
que sí nos muestren respeto.