Es preciso hacer un alto
en el diario devenir;
en veces el porvenir
nos depara un sobresalto.
Si de salud estas falto
aunque te sobre alegría,
vas a descubrir un día
que el pabilo ya se agota,
igual que una bolsa rota
que sin sentir, se vacía.
Te sorprende de tal modo
una enfermedad fatal,
que ves llegar el final
en cortísimo período.
Al abismo se va todo,
los sueños y la ilusión.
Ya no habrá continuación
en la cotidiana entrega,
pues no resistió la brega
el mezquino corazón.
Casi en el último aliento
por designio de otros planos,
llegué a caer en las manos
de un equipo muy atento.
Médicos con gran talento,
enfermeras con pinchazos
accionando sin retrasos,
casi a punto de partida
pudieron salvar mi vida
al ponerme un marcapasos.
Aunque parezca a trasmanos
agradezco al personal,
que labora en Hospital
de Petróleos Mexicanos.
Lucen en todos los planos
brindándonos calidad.
Existe necesidad
por oficial estrabismo,
pero hay profesionalismo
y mucha capacidad.