El señor Gobernador
enfrascado nuevamente,
en su duelo permanente
contra López Obrador.
Con el habitual fervor
dijo que era un desatino,
querer hacer torbellino
por persona que se vio,
que ejército ejecutó,
ya que no era un campesino.
Pareciera en su arrebato
que a la tropa militar,
quisiera justificar
del terrible asesinato.
Hace pensar de inmediato
que su peculiar diatriba,
lejos de ser objetiva
en política carrera,
busca de cualquier manera
quedar bien con los de arriba.
Ejército en negra etapa
se ha pasado de la raya,
según se dice, en Tlatlaya
Igual que en Ayotzinapa.
Pero información se tapa
por intereses malsanos.
Aunque Derechos Humanos
exija a la ley respeto,
hay quien se toma en secreto
justicia por propias manos.
A los cinco ejecutados
que dejaron con letreros,
tildó de “huachicoleros”
Miguel Yunes sin enfados.
De facto fueron juzgados
sin las pesquisas formales.
Evidentes criminales
nos pintó de modo grave
y eran según hoy se sabe
empleados municipales.