La delicada cuestión
de espionaje a periodistas,
por empresas contratistas
requiere una explicación.
Al congreso de la Unión
tal asunto le interesa.
A sus pendientes lo ingresa
abriendo expediente interno,
para indagar si el gobierno
ha contratado a esta empresa.
Con el avance electrónico
la llamada Compañía
NSO, en teoría
es un fisgón telefónico.
Para algunos hasta hedónico
puede ser encargo tal,
pero la parte esencial
es que el citado espionaje,
lo soporta un engranaje
completamente ilegal.
“Pegasus” es el programa
conque espían a periodistas,
también a los activistas
que la injusticia amalgama.
Así se genera el drama
y los ataque insanos.
De indefensos ciudadanos
saben sus mínimos gestos,
abusivamente expuestos
sin sus derechos humanos.
Aunque a la cólera mueva
tal espionaje moderno,
sabemos que del gobierno,
para nada es cosa nueva.
La historia así lo comprueba
que aunque seas del mismo bando,
por un reflejo nefando
con la gloria del poder,
tienen modo de saber
hasta lo que estás pensando.