Un caso se desarrolla,
por Odebrecht y sobornos,
que ha afectado los contornos
del tal Emilio Lozoya.
Pertenece a la macolla
de nuestro actual presidente.
Ahora fue directamente
a FEPADE, ex director
de Petróleos, sin pudor
a declararse inocente.
Aunque lo cita una fuente,
el no fue recaudador,
ni de fondos receptor,
que ese de Odebrecht nos miente.
Dice de modo elocuente
al ver que está en un aprieto,
que a autoridad lanza el reto
demuestren lo recibió
y el dinero reforzó
campaña de Peña Nieto.
Tenebrosas diligencias
por ser de tan alto rango,
pueden perderse en el fango
de corrupción y de influencias.
Ya vimos las consecuencias
cuando jerarquía se invade,
motivando que se enfade
el que toma decisiones
y sin más explicaciones
despiden al de FEPADE.
Si el asunto desbarranca
como podría suceder,
de seguro van a hacer
como con “La Casa Blanca”.
Buscarán que una palanca
y el olvido le degrade.
Otra solución se añade
que es corrupta por igual:
que venga como Fiscal
su amigo Virgilio Andrade.