Ahora con nuevo formato
de las reglas del partido,
los del PRI ya han elegido
un externo candidato.
Desde luego fue mandato
del que marca los destinos.
A los priistas genuinos
ante el raro malabar,
solo les queda aceptar
el dedazo de los pinos.
Algunos piensan que así
en la próxima elección,
tendrá mejor votación
alguien que no sea del PRI.
Pero lo malo es que ahí
siguen estando los mismos,
que buscan protagonismos
como lo es Carlos Romero,
ese líder petrolero
haciendo malabarismos.
Claro es que no cambia nada
del formato original,
el tumulto artificial
con tanta gente acarreada.
De algún modo utilizada
en las porras y las fotos.
Pudieran no ser remotos
los recuerdos y se piense,
cómo en suelo mexiquense
hicieron compra de votos.
Ponen a Mead Kuribreña
como remedio al estrés,
sabiendo todos que es
vaca de la misma ordeña.
Ahí lo puso Enrique Peña
pensando en la sucesión,
con la malsana intención
que le cubra las espaldas
y se marche entre guirnaldas
sin destapar corrupción.