The New York Times nos da accesos
a innegable realidad,
gastos en publicidad
de Peña Nieto inconfesos.
Dos mil millones de pesos
usados a discreción,
teniendo como función
manejar el contenido,
del periódico vendido
la radio y televisión.
Es una forma vulgar
de criminales asedios,
para dictarle a los medios
qué deben, o no, informar.
No dejan nada al azar
ni quieren que nadie piense.
A aquel que se recompense
debe alabar al gobierno,
según reportaje interno
del diario estadunidense.
Casi es algo natural
que en radio y televisión,
reciba gran promoción
quehacer gubernamental.
Pero resulta inmoral
cubrirse de vana gloria.
Se guardará en la memoria
que en total impunidad,
derrochó en publicidad
como ninguno en la historia.
Los programas nacionales
de Salud y Educación,
soportaron reducción
también Ayudas Sociales.
Los resultados finales
revelan el caos interno.
Y aunque todo fuera al cuerno
debían realzar por decreto,
la imagen de Peña Nieto
y su fallido gobierno.