Aunque suene un poco extraño
aquí se cierra el paquete,
que es del dos mil diecisiete
penúltimo día del año.
Por suerte no habrá más daño
pues muy poco tiempo tiene.
Desde luego no hay quien frene
los males que nos aquejan,
pero en la cuenta se dejan
ya para el año que viene.
En los recuentos finales
últimos sacos abrocho,
ya será al dos mil dieciocho
al que achaquemos los males.
Sin duda serán iguales
o peores nuestros problemas.
Mismos corruptos esquemas
del gobierno en sus gestiones,
asaltos y ejecuciones
serán cotidianos temas.
Callejero peleador
seguirá siendo en su encuadre,
pues no hay perro que le ladre
a nuestro Gobernador.
Continuaran sin pudor
con engreimientos torcidos,
muchos desaparecidos
y en historias inventando,
seguir criminalizando
a periodistas caídos.
Subirá la gasolina
la luz y también el gas,
y otras cuantas cosas más
de manera paulatina.
El sexenio que culmina
tendrá acciones taciturnas,
a escondidas o nocturnas
como acostumbra el gobierno,
pero habrá un castigo alterno
que se expresará en las urnas.