Nos dejó el ojo cuadrado
la declaración reciente,
asombrosa francamente
de un flamante Diputado.
De inseguridad ha hablado
en díceres contrahechos.
Que ciudadanos maltrechos
no se quejan por asedios
y dice que son los medios
que magnifican los hechos.
Con sus palabras estima
que irrefrenable violencia,
al ciudadano en esencia
su vida no le lastima.
A pesar de que hay un clima
que casi raya en terror,
en discurso adulador
plagado de fantasía,
alaba a la policía
con innegable fervor.
Se identifica el fulano
con la bancada del PAN,
y su nombre es Sebastián
también, Reyes Arellano.
En el congreso de plano
se vio su acción no muy buena,
cuando sin ninguna pena
de manera oportunista,
se sumó al grupo panista
desertando de MORENA.
Lo designó su partido
como plurinominal
y de manera desleal
con el contrario se ha ido.
En ese mundo podrido
la traición pone sus sellos,
para marcarnos a aquellos
que siempre serán “bonsái”
pues “de que los hay los hay
el trabajo es dar con ellos”.