La autoridad del estado
decomisó usando tretas,
despensas y camionetas
desde septiembre pasado.
Un asunto delicado
de oficiales mecanismos.
Inventando formulismos
detuvieron contingente,
que iba a auxiliar a la gente
afectada por los sismos.
Con argumento raquítico
y lujo de algarabía,
usaron la policía
en requerimiento crítico.
Le dieron tinte político
a motivos verdaderos.
Fueron rudos y groseros
con este grupo de altruistas,
formales profesionistas
del Colegio de Ingenieros.
No sabemos qué intereses
de celosa autoridad,
quiso hacerles la maldad
poco más de cuatro meses.
Hacen sus ridiculeces
porque la fuerza se impone.
No hay a quien se le sancione,
después de sus atropellos ,
regresan los tiempos bellos
con un simple “usted perdone”.
Y entre los casos sonoros
que a la gente malhumora,
está el de la regidora
por el embalse de toros.
Sufre el país deterioros
por incontables delitos.
Pedimos la paz a gritos
y en cambio la autoridad,
gasta con tranquilidad
“la pólvora en infiernitos”.