Como reacción inmediata
a su soberbia y torpeza,
le salió a Ochoa Reza
el tiro por la culata.
En errónea perorata
impetuosamente truena
y reacción desencadena
al dirigir su ofensiva,
de manera despectiva
a los prietos de MORENA.
Mucha se gente se pronuncia
contra el apunte racista,
del presidente priista
hasta exigen su renuncia.
Pero de inmediato anuncia
corrigiendo su papel,
que nunca pudiera él
demostrase prejuicioso,
ante quien tiene orgulloso
su mismo color de piel.
Era solo una condena
a priistas obsoletos,
a los que ahora llama PRIetos
por convertirse a MORENA.
Que les hará la faena
el día de las elecciones.
Dijo con tonos burlones
que a su partido no inquietan,
porque esos prietos no aprietan,
que ni se hagan ilusiones.
Habló con solemnidad
sin mover una pestaña,
que esta será una campaña
de propuestas y unidad.
Aunque la triste verdad
se observa sin tanto rollo.
Hoy solo buscan apoyo
pero son ya en los controles,
de los que “comen frijoles
para luego eructar pollo”.