El popular sacerdote.
Alejandro Solalinde,
en su línea no se rinde
ni se le cierra el gañote.
Su presencia armó un borlote
pues con trueno de arcabuz,
hablando nos trajo luz
del crimen organizado
y crimen “autorizado”
que se sufre en Veracruz.
Con señalamiento liso
criticó en verbal obús,
Diócesis de Veracruz
por falta de compromiso.
Directamente y conciso
precisó no eran bastantes,
los esfuerzos importantes
ni soportes ofrecidos,
por los desaparecidos
al igual que por migrantes.
Pero recibió un petardo
porque con orden precisa,
le prohíbe oficiar misa
el Obispo Luis Gallardo.
Mucho le cargan el fardo
en su difícil jornada.
La libertad violentada
por disposiciones necias,
de que en algunas iglesias
tiene prohibida la entrada.
Vetado en estas comarcas
por Obispo en forma obtusa,
quien a Solalinde acusa
de “atacar” a los jerarcas.
A ver si encuentran las marcas
finas de la religión.
Se corrija situación
que es lamentable en verdad,
con respeto y humildad
con tolerancia y perdón.