En el ambiente hay aroma
de sangre y de polvorín,
por el terrible motín
en el penal de “La Toma”.
Entre noticias asoma
que de costumbres y usos
se quejaban los reclusos;
igual con clamores vanos,
los de Derechos Humanos
de anomalías y de abusos.
Se van recabando datos
también entre familiares,
de actitudes singulares
ataques y malos tratos.
Con fidedignos relatos
destacan procedimientos,
de cobros sin miramientos
como una forma habitual,
por ingresar al penal
y hasta por los alimentos.
Los familiares unidos
cobros denunciaron antes,
de funcionarios maleantes
pero fueron reprimidos.
Se reportaron heridos
entre los acusadores.
Hubieron muchos horrores
con violentos procederes,
lesionando a unas mujeres
y lastimando a menores.
Mas nuestro Gober moderno
quiere ocultar estos males,
diciendo que en los penales
no existe el auto gobierno.
Tal vez vive en mundo alterno
sin accionares torcidos.
Porque también sorprendidos
le oímos en su momento,
descartar señalamiento
de los cobros indebidos.