Con faenas de granuja
lo adquirió en mala manera,
por eso se recupera
hoy el rancho “La Cartuja”.
En el aire se dibuja
casi de forma inaudita,
una justicia expedita
con diligencia ejemplar,
que se debe de aplicar
contra Bermúdez Zurita.
Sin que armaran zafarrancho
en arreglo muy moderno,
su familia hizo al gobierno
la donación de ese rancho.
Era el camino más ancho
y el resguardo es bienvenido.
Más vale que no hagan ruido
comprando el salvoconducto,
porque ese rancho es producto
de dinero mal habido.
Aunque se repara el daño
y se devuelven los bienes,
todavía existen quienes
piden castigo al engaño.
No es suficiente un regaño
para que se hagan las paces.
En componendas audaces
fueron colaboradores,
que al recibir los favores
son cómplices o secuaces.
Procedimientos Penales
autorizan según dicen,
pesquisas se paralicen
y se perdonen los males.
Esos casos especiales
incitan duda inmediata.
Aquí parece insensata
esa reflexión que arguye:
“al enemigo que huye
ponerle puente de plata”.