Ante decepción enorme
en un lujoso panfleto,
fue que Enrique Peña Nieto
presentó su último informe.
Un diputado inconforme
pidió entre espinosa zarza,
no se volvieran comparsa
de quien está por salir
y nos deja el porvenir
gravitando en una farsa.
Peña con sinceridad
aceptaba de antemano,
de que al pueblo mexicano
no brindó seguridad.
Según él, con claridad
hizo esfuerzos verdaderos,
pero caudales austeros
de plano lo limitaron
y dice que le faltaron
los recursos financieros.
Ahora le sobran motivos,
improvisa un malabar,
que pueda justificar
no cumplir sus objetivos.
Pero gastos excesivos
si que aplicó en modo alterno.
En primavera o invierno
gastó miles de millones,
haciéndole promociones
a su imagen y gobierno.
Dice el clamor popular
con su peculiar ingenio,
que lo mejor del sexenio
es que ya se va a acabar.
Va a dejar un muladar
por todita la nación.
Pésima administración
de terror y oscuridad,
donde reinó impunidad
y extremada corrupción.