Hoy por la noche es “el grito”
la noche más mejicana,
y la ciudad se engalana
para cumplir con el rito.
Porque así ha quedado escrito
en la historia con rigores,
que Hidalgo y sus seguidores
inician la disidencia,
en busca de independencia
con el “grito de Dolores”.
A más de doscientos años
hay que dar de nuevo “el grito”,
que se oiga hasta el infinito
y sus puntos aledaños.
Pidiendo que los engaños
del gobierno hacia la gente,
se detengan finalmente
sin bandidos funcionarios
y les bajen los salarios
para un mundo diferente.
Que a nuestros legisladores
acciones definitivas,
les quiten prerrogativas,
edecanes, comedores.
Sin partidos ni colores
ante el actual desconcierto,
que ya se acabe el incierto
mundo de la impunidad,
a la actual autoridad
exigir a “grito abierto”.
Terminen los habituales
moches de los funcionarios,
por servir de intermediarios
en los Programas Sociales.
Al más vil entre los males
pongan pronta solución.
Mostrar brava convicción
y que retiemble la tierra,
por nuestro “grito de guerra”
contra de la corrupción.