Se terminó el carnaval
de baile, jolgorio y risa,
el miércoles de ceniza
volvió la calma normal.
En ámbito nacional
es atractivo rotundo.
Con un arraigo profundo
porque alegría ejemplifica;
la gente lo califica
el más alegre del mundo.
Se lleva muchos halagos
aunque ya en la realidad,
sabemos que a la ciudad
le causa muchos estragos.
De inmundicias quedan lagos
que perturban el olfato
y es innegable el maltrato
que algunas mentes cerradas,
ejecutan con las gradas
sobre las plantas de ornato.
Pero cosas negativas
que fueron atolladeros,
rebasaron hoteleros
superando expectativas.
Las cifras definitivas
les señalan un aumento.
Porque en su mejor momento
según dice un reportaje,
se rentó del hospedaje
noventa y nueve por ciento.
Fue magnífica ganancia
lograda por hoteleros,
que junto a restauranteros
se les dio la circunstancia.
A ver si ahora en concordancia
dan apoyo verdadero,
para que en lo venidero
haya un mejor carnaval
y recuerden que al final
¡ dinero llama dinero !.