El presidente de USA
ha pintado a su nación,
cual tabla de salvación
de la que México abusa.
Con esa visión obtusa
de su discurso se pasa.
Credibilidad escasa
tiene rechazo rotundo,
porque ahora frente al mundo
de víctima se disfraza.
En su cerrada visión
y su cordura en desliz,
ahora a nuestro país
culpa de la inmigración.
Para encontrar solución
empieza a apretar las sogas.
En sus frases demagogas
acusa a los mexicanos,
sean muchos de sus paisanos
consumidores de drogas.
Trae perversa estratagema
discurso nada fraterno,
para que nuestro gobierno
le resuelva su problema.
Pero la cosa es extrema
por los muchos decibeles,
que rebasan los niveles
diciendo en muchos conductos,
que a todos nuestros productos
les va a aplicar aranceles.
Cargas unilaterales
de impuestos seguramente,
violarían flagrantemente
los acuerdos comerciales.
Ante agresivas señales
hay respaldo popular.
Y por propio bienestar
ante el rechazo evidente,
hay que ir buscando en oriente
otros con quien comerciar.