No sé si es un desatino
acaso broma pesada,
que en forma despreocupada
soltó Nohemí Palomino.
O se quedó en el camino
de jolgorio artificial.
Donde todo es irreal
guasa, burda fantasía
y piensa que todavía
estamos en carnaval.
Como colaborador
contra delitos comunes,
quiere a Miguel Ángel Yunes
junto a López Obrador.
Es asombroso su humor
candoroso por demás.
Porque mirando hacia atrás
ni cubriéndolos de afeite,
como el agua y el aceite
no han de juntarse jamás.
Su ingenuidad pronto asoma
con evasivas comunes:
que los insultos de Yunes
solo los hacía de broma.
Atrevimiento se toma
fingiendo neutralidad,
cuando asegura en verdad
que nuestro ex gobernador,
es un gran conocedor
experto en seguridad.
Pero no hemos olvidado
que Yunes en sus reveses,
nos prometió que en seis meses
pacificaría el estado.
Tampoco quedan de lado
diferencias evidentes.
Además de buenas fuentes
que no parecen capricho,
se sabe que el susodicho
tiene unas cuentas pendientes.