Clausura del basurero
en puerto de Veracruz,
nos ha mostrado a trasluz
a un alcalde pendenciero.
Como decreto primero
en vez de arreglar los males,
suspende a los hospitales
recolección de basura,
también por añadidura
dependencias estatales.
Esas acciones penosas
de venganza y de mitote,
hacen que salgan a flote
algunas veladas cosas.
Con palabras vigorosas
director de un hospital,
dijo que en forma habitual
mil quinientos les procura,
por recoger su basura
como una cuota mensual.
No entiende este funcionario
que el problema verdadero,
es que el actual basurero
“no es relleno sanitario”.
Que exija al concesionario
corrija pronto el entuerto,
para evitar que en el puerto
afecte a la población,
por la contaminación
tiradero a cielo abierto.
El problema es de conjunto
y no es armando bochinches
ni con pleitos ni berrinches
que va a arreglar el asunto.
Debe atender este punto
sin petulancia jamás
y recordar además
lo que los viejos decían:
que “cuando los ciegos guían
ay de los que van detrás”.