De algún modo inspiradora
la marcha de las mujeres,
que con intensos poderes
abrió caja de Pandora.
Hoy de forma abrumadora
señalan hábito obtuso.
En decidido “yo acuso”
hacen el señalamiento,
al que ejerció en su momento
el acoso y el abuso.
Tal conducta se revela
sin duda en todo lugar,
en la calle, en el hogar,
en el trabajo o la escuela.
Perversidad que flagela
por sus acciones desviadas.
Si acaso son hostigadas
con crueldad o misoginia,
ante ordinaria ignominia
que no se queden calladas.
Abusos a las mujeres
hay aunque parezca ilógico,
en Cebetis, Tecnológico,
Colegio de Bachilleres.
Se escudan en sus poderes
los hombres de mente enana.
Pero más tarde o mañana
también va a llegar la hora,
a la clase abusadora
en Normal Veracruzana.
Debemos hacer conciencia
en lo crítico del tema,
porque ya es grave problema
en el país la violencia.
Exijamos en esencia
para el que abusa ¡castigos!.
Ofrezcámosles abrigos
a las damas, sin presiones
y acepten que los varones