Frente a las calamidades
del presente abrumador,
todo el buen emprendedor
las vuelve oportunidades.
Sopesa necesidades
de la mayor relevancia.
Viendo la actual circunstancia
busca el modo más propicio,
de ofrecer nuevo servicio
obteniendo una ganancia.
Ya impuesta la disciplina
por la pandemia inconclusa,
no se cuenta con la excusa
para salir ni a la esquina.
Todo mundo se imagina
lo que por la mente pasa,
del que le quema la brasa
en encierro abominable,
porque tiene inconfesable
un amor fuera de casa.
Hay novedosos carteles
de una revolucionaria,
campaña publicitaria
que realizan los Moteles.
Mientras disfrutas las mieles
de tu amorosa pasión,
ellos con mucha visión
compran en supermercado,
tu lista y con mucho agrado
llevan a tu habitación.
Tal propuesta interesante
aunque parezca atrevida,
a tu pícara salida
le pone justificante.
Lo que resulta chocante
de esta maniobra solapa,
que en su reducido mapa
y en terreno tan propicio,
solo den este servicio
los Moteles de Xalapa.