Ha causado desconciertos
en esta pandemia cruenta,
de que Alemania en su cuenta
rebase nueve mil muertos.
Estos números son ciertos
sin que se alteren con nada.
Realidad tan delicada
la tiene en mal situación,
por más que sea una nación
estricta y disciplinada.
Entienden que sus problemas
les han causado quebranto
y deciden por lo tanto
tomar medidas extremas.
Entre sus estratagemas
un tanto desconcertantes,
dicen a sus habitantes
en mandato decidido:
desde hoy queda prohibido
uso de desodorantes.
Este llamativo aporte
que en concurrencia marea,
se dice que ha sido idea
de una empresa de transporte.
Aunque a nadie reconforte
o se tome como broma,
aquí la razón se asoma
porque en afluencia incesante,
sin usar desodorante
sentirán terrible aroma.
La tasa de defunción
y hospitales sin camillas,
por no usar las mascarillas
no les dejan otra opción.
Allí se ve la intención
de esas ideas medias locas
y hasta quienes son muy “rocas”,
con el hedor de la gente,
verán que inmediatamente
van a usar el cubre bocas.