Dedicarse a las faenas
sin otra cosa que hacer,
es el más noble deber
que borra todas las penas.
Pero las peores condenas
impregnadas de dolor,
sé que pueden ser mejor,
fáciles de soportar,
si tú sabes combinar
el trabajo y el amor.
Es que el trabajo fecundo
puede darte bendiciones
y muchas satisfacciones
y hacerte dueño del mundo.
Pero allá en lo más profundo
e íntimo en nuestro ser,
quisiéramos obtener
también algo de calor,
porque trabajo y amor
son en mi tierra un placer.
Si te escaseara el jornal,
que no te falte el afecto,
siendo joven o senecto
no la pasaras tan mal.
Mas si hay cariño a raudal
en brazos de una mujer,
pronto habrás de comprender
que amor y trabajo honrados,
a veces son obligados
y hay que saberlos hacer.
Aléjate de los vicios
que solo dejan resacas,
porque luego no te escapas
ni con muchos sacrificios.
Mas si quieres beneficios
y disfrutar lo mejor,
entrégate sin rubor
de la vida a estos placeres:
“el trabajo y las mujeres...”
si quieres vivir mejor.